Opción, acción e inacción.

Una opción contiene en sí misma dos opciones diferentes: la acción y la inacción, es decir, si elegimos tomar la opción habrá una acción, si elegimos no tomarla habrá una inacción, o lo que es lo mismo, una ausencia o falta de acción. En ese sentido, si hay dos opciones, y tomamos en cuenta lo antes explicado, en realidad hay cuatro opciones y por ende dos posibles acciones. De esto se desprende que el hecho de que haya una opción no necesariamente nos obliga a la acción, siempre tenemos la facultad de no accionar si entendemos que dicha opción no nos conviene o no es lo que buscamos. En tales casos podemos buscar, crear o esperar otras opciones. Ahora bien, si tenemos dos opciones y decidimos actuar, si sabemos elegir convenientemente, lo más probable es que haya una sola acción, porque si hay dos acciones significaría que la primera acción elegida no llenó las expectativas. En resumen, si se presentan dos opciones, entonces hay tres alternativas posibles: A. la inacción, B. una acción, y C. dos acciones. En todo caso, siempre será una ventaja tener presente que el accionar es opcional.