11 de agosto de 2020

Flexibilidad de carácter.

Poseer un carácter flexible dista mucho de ser una cualidad inherente a un individuo en particular, lo justo es afirmar que es algo que puede y debe ser aprendido por todo aquel a quien le importe cuidar su salud mental. Sí, porque una de las características que se encuentra presente en las personas que sufren trastornos mentales, especialmente aquellos que afectan la personalidad del individuo, es la inflexibilidad. ¿Y eso qué significa? La inflexibilidad en la conducta de una persona se manifiesta mediante el encierro mental e intransigencia ante las situaciones del diario vivir. Un conductor que grita improperios a todo aquel que se atraviesa en su camino, un individuo que se niega a hacer la fila en el banco y demanda ser atendido primero que a los demás, un padre o madre que castiga a sus hijos por nimiedades, la señora que se lamenta constantemente: si llueve, si hace sol, si el viento sopla… Todos estos ejemplos son candidatos a ser tildados de inflexibles, una inflexibilidad que aprendieron sabrá Dios cuándo, probablemente en la infancia, y que de tanto repetirla se transformó en un hábito que ellos mismos consideran normal. Lo ideal es aprender a ser flexible, a negociar con la vida, a reírse de esas sandeces que ocurren por doquier y sobre todo disfrutar la vida cada vez que puedas. Así se aprende y se desarrolla un carácter adornado por la flexibilidad.

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