Creo en lo sobrenatural porque ocurren demasiadas situaciones en las que se puede notar a leguas que hubo algún tipo de manipulación para que así sucedan: Personas que llegan a la vida justo en el momento en que su presencia es más que requerida y simplemente ahí están… para llenar espacios que nunca estuvieron vacíos sino que estaban reservados para ellos; corazones que conquistan corazones, endulzan la existencia… inspiran pasiones. Creo en lo sobrenatural, en el orden divino, porque existen instantes mágicos que no pueden ser explicados por la razón, y sin embargo exhiben demasiada perfección como para que puedan ser negados u obviados. Creo en lo espiritual, en lo metafísicamente sobrenatural, porque el ser es tan infinitamente creativo e increíblemente maravilloso que no es concebible que pueda ser limitado a la vana reducción del plano material. Sí, creo en el ser espiritual.
15 de julio de 2019
El ser espiritual.
17 de mayo de 2019
La idolatría que roba tu dinero.
El ser humano está diseñado para amarse a sí mismo, para sentir admiración de su propia persona y agradecer las enormes maravillas que encierra la vida humana. Quien es capaz de comprender algo tan sencillo también será capaz de asimilar que existe un poder creador que nos ha dotado de todas las facultades extraordinarias que hacen que cada uno de nosotros sea un ser tan especial. Cuando una persona no entiende que su modo natural de vivir es amarse a sí mismo incondicionalmente, entonces cree necesitar de factores externos para suplir esa necesidad de amar y admirar que debería concentrar en su creador y en su propia existencia. Los sujetos que ostentan el poder económico del globo terráqueo invierten grandes sumas de dinero en publicidad destinada a revertir la mentalidad natural del ser humano y hacerle creer que en vez de amarse a sí mismo, lo que tiene que hacer es buscar satisfacción en lujos, joyas, modas, o hasta en admirar frenéticamente a otros seres humanos. Todo con tal de extraerle el dinero y poder manipularlo más fácilmente. Cada vez que un fanático de cualquier deportista hace un sacrificio, y del poco dinero que ha ganado con su sudor saca cuarenta o cincuenta dólares para adquirir una camiseta del equipo para el cual este juega, sólo porque la misma lleva en la parte trasera el apellido de dicho deportista… eso es idolatría. Algo similar ocurre cuando alguien paga cientos de dólares para presenciar un evento artístico o deportivo, sabiendo que mañana no tendrá dinero ni para comer o que puede invertir ese dinero en mejorar su calidad de vida o la de los suyos. El extremo de esa ecuación es gastar dinero en drogas y alcohol, dañando sus propias vidas, ese tipo de idolatría dañina es una de las causas de la desigualdad e inequidad entre los seres humanos. ¡Ámate a ti mismo y no desperdicies tu dinero!
27 de marzo de 2019
Alex Bueno... !Más grande que ayer!
Una cosa siempre me ha sorprendido de este fenómeno musical dominicano que lleva por nombre Alex Bueno: su sencillez. Escuchándolo hablar en la televisión, recientemente en los premios Soberano, donde recibió un premio especial por su increíble trayectoria artística, y esta noche, 27 de marzo del 2019, en el programa televisivo "Esta noche Mariasela", lo descubro de nuevo: tan sencillo como siempre. Es un tipo de sencillez que no puede fingirse, porque incluso al hablar, sus palabras suenan casi teñidas de ingenuidad, como si una inocencia suspendida en el tiempo forma parte de su esencia y se niega a abandonarlo, y deduzco que ha sido esa característica inherente a su persona la que lo ha protegido a través de los oscuros caminos por los que la vida lo llevó en el pasado y ahora lo tiene en el camino de Dios y asegura sentirse felizmente agradecido por ello.
Su prodigiosa voz es otro milagro de la divinidad, el hombre canta tan afinado como antes y el color esplendoroso que dibuja en sus canciones sigue ahí, intacto, imperturbable, como si todo aquello no pasó y sí, digo para mis adentros, él es un milagro de Dios. Anunció que próximamente saldrá un merengue llamado "Toqué fondo", arreglado por el maestro Ramón Orlando Valoy, con quien también lo grabará en colaboración, para ofrecer un testimonio de lo que ha sido su vida y de lo que es ahora. Aunque dice que sus familiares le exhortan a dejar todo eso atrás y no hablar más de su paso por el mundo de los vicios, él es consciente de que debe llevar el mensaje a los jóvenes para que no caigan en los mismos errores por los que él pasó, pues siente que él debe ser ejemplo de superación para aquellos que a veces dudan que puedan salir de las drogas y el alcohol. Y fue precisamente el alcohol el vicio que más hondo llevó a Alex, el último del cual se alejó, hace exactamente cinco años, pues fue en el mes de marzo de 2014 cuando un día despertó en su habitación y vio la botella de alcohol que regularmente tenía en su mesita de noche pero esa vez no llamó su atención y él se sintió raro, porque acostumbraba a tomar tan pronto se despertaba, mas, pasó el día y ahí seguía la botella en su habitación sin llamar su atención. Se preguntó si por fin Dios le había concedido el milagro que tanto le había pedido y así fue. Hoy es un hombre sobrio y su carrera musical se encamina por rumbos prometedores que posiblemente puedan colocarlo en el lugar del cual nunca debió ausentarse, en la preferencia del pueblo que tanto lo ha apoyado, que tanto lo ha querido y nunca lo ha olvidado. Lo escucho y además de su sencillez, percibo que grandes cosas sucederán a uno de los mejores intérpretes de merengue de todos los tiempos que, como dice una de sus canciones, si Dios lo permite, volverá a ser gigante y será más grande que ayer. De hecho, a sus 55 años de edad ya es más grande que ayer. ¡Dios te bendiga Alex bueno! ¡Qué te conceda una larga y próspera vida!
14 de marzo de 2019
La sequía que afecta la frontera dominicana.
13 de marzo de 2019
Las palabras de la embajadora Robin Bernstein.
6 de marzo de 2019
Emociones según la antigua Grecia.
¿Qué son las emociones?
Las emociones son respuestas que surgen constantemente en el organismo humano, estimuladas por el permanente anhelo del hombre por saber qué siente acerca de lo que ocurre, lo que ya ocurrió u ocurrirá en el futuro. Los seres humanos somos una especie de signos de interrogación vivientes y formulamos preguntas de forma consciente o inconsciente como una manera de asegurar que seguiremos vivos, es lo que llamamos instinto de supervivencia. La naturaleza humana nos constriñe a querer sentirnos seguros, es así como nos vemos impulsados a controlarlo todo: nuestras vidas, nuestro entorno y hasta a los otros seres humanos con quienes compartimos nuestro hábitat, por consiguiente, es normal que vivamos preguntándonos: ¿Cómo consigo obtener lo que quiero?. Es esa la razón por la cual vivimos en busca de respuestas que encontramos en cualquier lado y si no, entonces las inventamos o creamos en nuestras mentes, es decir: las imaginamos. Todo con tal de satisfacer nuestros anhelos y deseos de sentirnos en control. Cuando dichas respuestas se manifiestan orgánicamente reciben el nombre de emociones. El diccionario de la Real Academia Española define a la emoción como: "Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática." y en una segunda definición dice: "Interés, generalmente expectante, con que se participa en algo que está ocurriendo". La primera de estas acepciones se refiere a la emoción como aquello que hace cambiar de actitud y se manifiesta en nuestro físico, se trata de una emoción presente provocada por un objeto pasado. Cabe señalar que dicha definición es en cierto modo limitativa, ya que no todas las emociones son agradables o penosas: la sorpresa es una emoción y no todas las sorpresas agradan o causan pena; tampoco es cierto que todas las emociones sean intensas y pasajeras, puesto que las emociones pueden ser leves y también pueden permanecer largos periodos de tiempo en la vida de un ser humano. La segunda acepción nos habla de una emoción provocada por un evento que habrá de ocurrir en el futuro, sea inmediato o lejano, y que no necesariamente está manifestada en el cuerpo físico de quien las experimenta. analizando ambas acepciones en su conjunto nos damos cuenta que las emociones se derivan de eventos ocurridos en cualquier momento del tiempo: presente, pasado y futuro; que al manifestarse hacen que el ser humano cambie de actitud, aunque sea momentáneamente; y que las mismas forman parte intrínseca de la naturaleza del ser humano. Resumiendo: la emoción es la expresión auténtica y sincera de lo que sentimos en torno a lo que la vida nos presenta. La emoción eres tú, somos nosotros, es toda la humanidad, porque eso somos los seres humanos: el inmenso cúmulo de emociones que nos permite sentirnos vivos.
5 de marzo de 2019
El tiempo en eras primitivas.
Hemos sabido por los libros de historia acerca de comunidades primitivas que medían el tiempo contando las lunas, es decir las noches, posiblemente porque resultaba fácil observar lo que ellos creían eran movimientos que hacía la luna en el cielo, en el universo. Ni pensar que pudieran observar de igual manera al sol con su luz tan potente; otras comunidades medían el tiempo de acuerdo a los cambios en las estaciones, cuando hacía calor o frío, cuando nevaba o llovía, mucho antes de que dichas estaciones fueran llamadas primavera, verano, otoño e invierno; luego, cuando la agricultura provocó que los hombres abandonaran la vida nómada para establecerse en un lugar determinado y formar clanes familiares dedicados al cultivo de frutos comestibles, entonces el hombre también comenzó a medir el tiempo de acuerdo a la cosecha y a la temporada en que crecían determinados frutos o vegetales. Seguro que todos han visto al menos una película en la que los nativos americanos medían la distancia de acuerdo al tiempo de camino: dos días, dos noches, dos lunas, Etc. Hoy decimos que un lugar queda a media hora caminando o a un par de minutos en automóvil. No obstante, cabe señalar que regiones pobladas por aborígenes de la era precolombina en el nuevo mundo ya hacían uso de la astronomía y observaban los movimientos de los astros para crear sus propios calendarios, tal fue el caso de los aztecas en México y los mayas e incas diseminados por centro y Suramérica. Es prácticamente imposible saber cuántas otras maneras de medir el tiempo poseían esas comunidades, pues la conquista y colonización europea fue tristemente desbastadora en el nuevo mundo y un altísimo porcentaje de las culturas indígenas de aquellas regiones quedó sepultada en el pasado. Hay incluso quienes aseguran que hubo civilizaciones altamente sofisticadas en lo que hoy se conoce como América y que una muestra de ello son las pirámides y monumentos en México y Perú, pero, esos serán temas de otras investigaciones, porque ahora sólo había tiempo para hablar del tiempo.
Origen del tiempo.
Antes de que el hombre fuera creado, de acuerdo a lo que dice la Biblia, primero fue creada la luz y con ella nació la posibilidad de que el tiempo fuera medido y dividido en días y noches de manera tan perfecta que fue sólo cuestión de tiempo para que el hombre pudiera dividir ambos periodos en partes iguales que se derivaran en horas, minutos y segundos. El mundo científico estima que tomó un tiempo de 4,600 millones de años para que la Tierra se transformara de un cuerpo gaseoso a un bloque de hielo sólido y luego llegar a ser la masa de agua y tierra que hoy día constituye el planeta que habitamos. La luz solar, según estudios científicos diversos, tuvo que ver directamente con la evolución sufrida por la Tierra desde sus inicios, pero las mismas fuentes ubican el origen de los antepasados del hombre en dos millones de años aproximadamente. Aunque ese detalle todavía no ha sido probado de manera estricta. Medimos el tiempo contando las veinticuatro horas que el planeta Tierra tarda en dar la vuelta sobre su eje (rotación), y los trecientos sesenta y cinco días que tarda en dar la vuelta alrededor del sol (traslación), es decir, un año terrestre. La unidad mínima de tiempo aceptada por los diversos sistemas del mundo en esta materia es el segundo (s), aunque los cronómetros miden centésimas y otras medidas divididas del segundo. Otras medidas comunes del tiempo son los minutos, horas, días, semanas, meses, años, lustros, décadas, y siglos.
¿Qué es el tiempo?
El término tiempo tiene diversos y variados significados o acepciones y es menester que repasemos algunos de ellos. La palabra tiempo puede referirse a: A). la duración de las cosas que transcurren o cambian: el tiempo que se tarda para trasladarse de un lugar a otro, el tiempo invertido en realizar una tarea, Etc.; B). Época o era en que vive una persona u ocurre un acontecimiento histórico: los tiempos de Lilí, el tiempo de Salomé Ureña; C). Las estaciones del año: tiempo de invierno, de otoño; D). Edad o tiempo vivido por una persona, tiempo de vida útil de una cosa; E). Oportunidad, ocasión: este es un buen tiempo para negociar o es un tiempo perfecto para ir de paseo a la playa. En general existen varios otros usos que usualmente damos a la palabra tiempo, siempre de acuerdo a las circunstancias y a la necesidad, sin embargo, en este escrito nos concentraremos exactamente en el significado del tiempo que se mide en el diario vivir y por el cual nos regimos para todas las actividades que realizamos cotidianamente. Ese tiempo lo definimos como la magnitud física que permite ordenar la cadena de hechos o sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro, y que medimos mediante el uso de los segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años. En palabras simples, podemos decir que el tiempo es la medida de todo lo que sucede. La medición del tiempo permite al hombre organizar su vida en lo que tiene que ver con las actividades recreativas, el trabajo, los asuntos familiares y demás temas que ocupan la mente de la humanidad. ¿Has tomado el tiempo necesario para organizar tu tiempo?
Fuente: diccionario RAE.