13 de marzo de 2019

Las palabras de la embajadora Robin Bernstein.

La embajadora estadounidense en la nación dominicana habla de forma inteligente y parece que sus palabras respaldan sus acciones. Concedió una larga entrevista al "Informe con Alicia Ortega", transmitido por Color Visión,  y dejó claro que su percepción respecto a cómo los dominicanos manejamos la presencia de extranjeros en nuestra tierra es más que adecuada. Admitió que antes de ella venir aquí a trabajar tenía una idea y ahora que ha recorrido la geografía nacional y se ha empapado de nuestra cultura, piensa de forma diferente. Yo imagino que ella ha visto los cientos y cientos de miles de haitianos que viven en suelo dominicano sin recibir otro trato que no sea el mismo que la sociedad quisqueyana otorga a los pobres de cualquier otra nacionalidad, incluida la dominicana. Sí, hay pobreza en Dominicana, mucha pobreza en realidad, principalmente porque las riquezas naturales que tenemos las explotan empresas extranjeras y porque la corrupción entre los funcionarios del gobierno se encarga de robar lo que pertenece al pueblo. Por eso es que no podemos cargar con Haití como hemos venido haciéndolo desde que los gobiernos del PLD  han propiciado la invasión de inmigrantes haitianos indocumentados y no han puesto control a la frontera. Robin Bernstein eligió sabiamente no emitir declaraciones sobre varios asuntos de nuestras leyes y sobre el muro que muchos dominicanos queremos construir en la frontera con Haití,  se limitó a decir que esos asuntos son internos y que compete a los dominicanos elegir cómo administran su suelo y aplican sus leyes. Les recomiendo que busquen la entrevista en internet y observen por ustedes mismos la forma inteligentemente diplomática en que la embajadora se manejó: con tacto, sabiduría y cautela. Cualquier embajador extranjero es bienvenido a fortalecer las relaciones de República Dominicana con su país natal, ese es el trabajo de los embajadores, sobre todo siempre y cuando respeten la soberanía que debe imperar en cada nación libre e independiente como debería ser la nuestra. Bernstein declaró que deseaba venir a la isla quisqueyana a trabajar porque siente agradecimiento por la acogida que los dominicanos dimos al pueblo judío durante la segunda guerra mundial, pues ella es de origen judío y sabe el trato humanitario que su pueblo recibió y aún recibe de los dominicanos. Así somos los dominicanos embajadora, todo lo que queremos es el respeto de nuestra identidad y que ustedes ayuden a resolver el caos que vive Haití para que puedan vivir decentemente en su país sin tener que emigrar de su tierra. Eso es todo.

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