23 de marzo de 2013

7 mil millones de mundos reales.

Existe un mundo tangible al cual llamamos mundo real. Sin embargo son muchos los que consideran que dicho mundo sólo existe en la mente de cada ser vivo, y esgrimen como prueba concreta el hecho de que se da el caso en que dos personas presencian el mismo acontecimiento, sea una conferencia, un espectáculo, un accidente automovilístico, o cualquier otro evento, y luego se le pregunta a esas dos personas por separado acerca de sus opiniones personales sobre lo que acaban de ver, arrojando como resultado que, en el 99%de las veces, cada uno da una versión diferente de lo que ha presenciado. Entonces, concluyen los defensores de la teoría, del "mundo real que sólo existe en la mente de cada cual," que si el mundo que vemos, escuchamos y sentimos diariamente fuera real, todos tendríamos que percibir exactamente lo mismo, experimentar las mismas sensaciones, y luego expresar nuestra percepción, no de forma idéntica pero sí de modo similar, apegados coherentemente a la supuesta realidad que todos vivimos.

Otros dicen que cada cabeza es un mundo y por eso es que todos vemos el mundo supuestamente real de modo diferente. Los que así piensan ¿acaso no conceden la razón a aquellos que aseguran que el mundo real existe solamente en la mente de cada cual?.

Los seres humanos compartimos la misma biología pero tenemos diferentes culturas, diferentes creencias, costumbres, alimentación, formación, educación y por lo tanto diferentes ideologías. Son esas divergencias en la formación del hombre las que crean las diferentes percepciones que cada uno tiene del supuesto mundo real en que habitamos. Pregunto: ¿Puede el ser humano evolucionar de tal modo que algún día aceptemos y toleremos las diferentes ideologías de nuestros semejantes sin transformar en un conflicto el que dichas ideologías no concuerden con las nuestras? o, por el contrario ¿Está el ser humano irremediablemente condicionado a no aceptar otras ideas u opiniones que difieran de la suya propia, y por consiguiente, estamos firmando nuestra propia sentencia de extinción de la raza humana por nuestras propias manos?.

Somos inteligentes, lo demuestra el camino que hemos recorrido en nuestra lenta evolución. La ciencia, tecnología, salud… pensamientos. Todos los aspectos de la vida diaria demuestran que poseemos inteligencia inherente a nuestra cualidad de ser humano. Pienso que ni siquiera tenemos que entendernos, sino aceptarnos… tolerarnos… respetarnos… y quizás, sólo quizás, un día lleguemos todos a amarnos. Existe la posibilidad real de que, algún día, los 7 mil millones de mundos reales que supuestamente existen, puedan conjugarse en un solo mundo, real o imaginario, pero conectado en una inmensa conjugación de ideologías que represente verdaderamente a  la raza humana.        

11 de marzo de 2013

Publicando tu primer libro.

Algunas personas invierten meses, hasta años, en escribir ese libro que siempre soñaron. La emoción que embarga al autor de un nuevo libro es tan personal como la que siente un estudiante al obtener su título profesional, o un deportista al ganar un trofeo o una medalla… es simplemente algo personal. Es por eso que cuando una persona decide escribir su primer libro se empeña en que todo le salga bien. Más, como todo en la vida, cuando no se tiene experiencia en una nueva tarea a menudo terminamos hechos verdaderos enredos.

En el presente artículo quiero dar algunas sugerencias sobre los puntos a tomar en cuenta a la hora de publicar nuestro primer libro.

Una vez hemos terminado el contenido de nuestro libro, lo primero que pensamos es en la publicación del mismo. Si poseemos abundantes recursos económicos, no hay inconvenientes, contratamos los servicios de profesionales para que se encarguen de llevar a cabo todo lo que hace falta y nos entreguen el libro impreso y listo para compartir. No todos tenemos esa dicha, y para esos que deberán hacer todo por cuenta propia es para quienes escribo los siguientes consejos.

Corrección de estilo: corregir los errores y omisiones de nuestro libro puede resultar sumamente engañoso. Siempre encontraremos una que otra palabra que cambiar, detalles que agregar o suprimir, y errores que nos negamos a aceptar. Es aconsejable que permitamos a otra persona hacer ese trabajo por nosotros. Preferiblemente alguien de nuestra entera confianza, que le dará la importancia que amerita la ocasión, nos hablará con franqueza y se atreverá a sugerirnos y corregirnos lo que otros quizás no hagan. Eso sí, esta persona tiene que tener amplio conocimiento de redacción, gramática, literatura y escritura. Mejor si es un corrector de estilo profesional, sino que sea un escritor o profesor de gramática o literatura. Es común que la persona que nos ayude en la corrección del libro sea también quien escriba el prólogo del mismo. Por lo menos la primera vez, nuestros próximos libros podrán contener prólogos escritos por nosotros mismos.

Diagramación: Un diagramador es la persona que nos ayuda a diseñar la forma en que se verán las páginas del libro una vez lo hayamos impreso. El tipo y tamaño de letra, la forma en que deseamos colocar cada capítulo o sección del libro, las fotografías, imágenes o dibujos, los espacios en blanco, el índice y los pies de páginas, son detalles que el diagramador deberá ayudarnos a colocar y a elegir. Por lo general, un buen diagramador te entregará una copia impresa de páginas sueltas que contendrán todo lo que has escrito para que personalmente lo revises en busca de errores y realices cambios. Una vez terminado este punto, se procede a la diagramación definitiva del libro y este quedará listo para ser llevado a la imprenta. Hasta que no hayamos concluido con este paso no sabremos el número de páginas que tendrá nuestro libro. Particularmente prefiero que el diagramador sea diferente, y esté desligado, de la imprenta. Así nunca existirán conflictos de intereses a la hora de imprimir el libro.

Diseño de portada: aún en los casos en que la cubierta de nuestro libro no lleve imágenes, es aconsejable que tomemos con calma y dediquemos algo de tiempo a elegir cual será la portada de nuestro libro. Existen profesionales del diseño gráfico especializados en esta tarea. Si nuestros recursos son limitados, podemos solicitar ayuda de nuestros familiares y amigos para que nos den su opinión acerca de cuál sería la mejor imagen o color de la portada de nuestro libro, siempre de acuerdo al tema que se trate en el mismo. La decisión final será tuya, pues al final serás tú quien deberá estar satisfecho con tu obra.

 Muchos autores publican su fotografía e información biográfica en la portada trasera del libro y algunos prefieren hacerlo en la contraportada. Incluso algunos escriben una nota autobiográfica y mencionan sus motivaciones para escribir el libro y la incluyen en el contenido del mismo.

Impresión: trata de seleccionar una imprenta que conozcas previamente, o que algún amigo tuyo ya haya utilizado. No acudas a la primera imprenta que veas en las páginas amarillas o que escuchaste en la radio o la TV. Asesórate, investiga acerca de la imprenta que pretendes utilizar. Si es posible, consulta a otros autores acerca de la seriedad, responsabilidad y calidad de la imprenta que has elegido. Cuando ya estés decidido, ponte de acuerdo con el representante de la imprenta acerca de: tipo y calidad del papel y del cartón a utilizar en las páginas y cubierta del libro, el precio de impresión, tiempo en que te será entregado el libro ya terminado, el tipo de impresión que ellos utilizan (mientras más moderno mejor), si es necesario que te sean entregadas las placas usadas para imprimir o si ellos utilizan tecnología moderna que no las emplea, garantías acerca de la calidad de impresión y de el cumplimiento de tus requerimientos sobre la impresión del libro, y sobre todo, pon todo eso por escrito. Pídeles una cotización, compara precios en el mercado, expresa tus dudas, estudia bien la cotización y cuando ya estés listo, asegúrate de redactar un contrato que contenga todos los puntos discutidos o, en su defecto, que la factura contenga dichos detalles.

Una última cosa, el número o cantidad de ejemplares a imprimir dependerá de nuestro presupuesto personal. Sin embargo, es inteligente considerar imprimir entre 500 y mil ejemplares. No más de ahí. Si pretendes venderlo, o hasta regalarlo, tendrás que invertir algo más de tu tiempo para lograrlo. Ser paciente y mantener buen ánimo en todos estos pasos te ayudará a que todo salga bien.

Si Dios lo permite, seguiré escribiendo sobre temas relacionados a este en otros artículos. Por lo pronto medita sobre los puntos que aquí he compartido contigo y buena suerte con tu libro.