16 de agosto de 2013

El amor es todo.

El amor, el verdadero amor, es una de las pocas experiencias que vive el ser humano en este plano material que pone de manifiesto todo el poder creador que habita en lo espiritual… en el todo… parte inherente de la creación.

El amor es nuevo cada día. No es físico ni material, no es tangible ni algo que se pueda atrapar. El amor verdadero es vida, es energía, es creación. Recordar lo vivido no es amor. El amor no pide permiso, tan solo vive. Es imposible atraparlo ni siquiera con la memoria, porque el amor nace a cada momento.

El verdadero amor se vive, se siente, no se controla ni se entiende. El verdadero amor es una llama que constantemente se enciende.

Porque: " El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es ostentoso, ni se hace arrogante. No es indecoroso, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se goza de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser. Pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas, y se acabará el conocimiento. Porque conocemos sólo en parte y en parte profetizamos; pero cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será abolido." (1ra Corintios 13:4-10).

El amor es todo.

Nada es nuevo en el plano material.

Nada hay nuevo debajo del sol… Todo lo que pasa ya pasó. Mientras habitemos en este plano material todo lo que pretendamos crear ya ha sido creado, entonces es recuerdo, porque el todo contiene todo. Lo infinito, lo que se mantiene en constante expansión al ritmo de la creación, no pertenece a este mundo físico sino al espiritual… solamente en consonancia con el todo es posible recorrer nuevos rumbos. Esos rumbos no son recordados por la mente humana pues son vividos en el espíritu. Aquí, en la Tierra, el recuerdo siempre imperará. De otro modo ¿Cómo podría escribir lo que escribo sino mediante el recuerdo de lo aprendido? Aún si llegara a inventar un alfabeto nuevo, luego tendría que enseñarlo a otros para que puedan entenderlo… y ya sería parte del recuerdo. En la Tierra nada es ni será nuevo.

7 de agosto de 2013

"Hoy he tocado su manto" de Soraya Guillén.


Son muchos los que a diario trabajan en la expansión de la palabra de Dios. Es una orden del Altísimo predicar acerca del reino de Dios a toda criatura y para cumplir con los designios del Todopoderoso no debemos escatimar esfuerzos ni medios. El arte no es la excepción en los asuntos del Señor: la música, la poesía, la pintura, escultura, el cine y el teatro se han puesto a disposición de la más encumbrada de las tareas que puede realizar un ser humano… llevar las buenas nuevas a toda criatura.
La actriz y dramaturga dominicana Soraya Guillén ha puesto su talento y dedicación al amparo de la obra del Señor. Su más reciente creación: “Hoy he tocado su manto”, es una obra teatral que narra de una manera muy original, pero siempre basándose en la Biblia, las curaciones milagrosas llevadas a cabo por Jesucristo durante su permanencia en la tierra, habitando entre los hombres y mostrándoles el camino hacia la salvación. Música, luces, colores, efectos y sonidos se conjugan para ofrecer a los espectadores el conocimiento espiritual de aquello que no se ve pero se siente, lo que no se toca pero se vive, lo que llena todo y nunca se acaba… el amor del Creador en todo su esplendor.
En el principio de la obra se nos muestra a una mujer quebrantada y golpeada por achaques de salud. Se queja amargamente de la forma en que debe vivir su vida aislada y olvidada, porque sufre de un flujo interminable que le confiere la infame condición de mujer impura. La escena ocurre durante los tiempos en que el Mesías habita entre los hombres. Ella, la mujer quebrantada de salud, ha escuchado de las grandes cosas que Jesús ha realizado. Así que decide jugarlo el todo por el todo y salir en busca de El Salvador. Al encontrarlo se da cuenta que la tarea de acercarse a él no es tan sencilla. Cientos de personas lo siguen y apretujan desde todos los ángulos. Es precisamente ese momento mágico que representa el encuentro de Jesús con aquella mujer donde la obra alcanza el clímax, y el río de angustias y sufrimientos de la mujer desemboca en un mar de emociones inimaginables que retrata en el plano material el inigualable poder espiritual del amor de Dios para con sus ovejas… los seres humanos que han depositado en él su confianza.
“Hoy he tocado su manto”, dirigida, escrita y protagonizada por Soraya Guillén, estará presentándose desde el jueves 12 hasta el domingo 15 de septiembre en el Teatro Monina Solá del Centro Cultural Narciso González a partir de las 7:00 PM.
Apoyemos la expansión del evangelio en todas las formas posibles, esta vez le toca al teatro, complementado por música, luces y canciones que permiten experimentar en espíritu y en verdad el poder de la palabra y el amor del Creador. Reserve su asiento llamando al tel: (809) 328 3010 o escribiendo a: idlsantodomingo@hotmail.com