28 de marzo de 2014

Verónica Medina: Compositora, Merenguera y Baladista.


Si la fuerza y hermosura de su voz no fueran motivos suficientes para sentir admiración por esta extraordinaria cantante dominicana, entonces, el simple hecho de haber permanecido en el arte por más de treinta años sí lo es. Porque es un símbolo inequívoco de grandeza, coraje y determinación a vivir por lo que ella realmente ama… cantar para su público. Verónica inició cantando a los ocho años de edad en el programa televisivo “El Show de Altagracia Peña”, donde cantó cada semana por espacio de dos años. Participó en el programa de Papa Molina y Josefina Miniño, así como también en el de Elenita Santos. Desde que uno obtiene esos datos se da cuenta que su destreza interpretativa no es fortuita sino que recibió orientación musical a muy temprana edad, de la mano de algunos de los más encumbrados maestros del arte dominicano.  Fue el programa “Fiesta” de Teleantillas, a principio de los ochenta, donde Verónica deleitó a los amantes de la música romántica con su peculiar estilo de cantar baladas, fuerte y tierno a la vez, y desde entonces ha ocupado un lugar especial en el gusto popular dominicano. Años más tarde formó parte de la primera orquesta femenina de merengue en la República Dominicana: “Belkis Concepción y las Chicas del Can”, que tocaba todas las semanas en “El Show del Mediodía”. ¡Fueron unos tiempos inolvidables! Uno de mis merengues favoritos de toda la vida lo interpretó Verónica en esa etapa de su carrera: “Sin él”, autoría de Marco Antonio Solís y que también grabó en balada la mexicana Marisela, fue uno de los merengues que otorgó brillo a esa época dorada del merengue femenino. Otros temas como: “La vecina”, y varios más, fueron dulces pretextos para endulzarse la vida a ritmo de merengue con las orquestas femeninas, capítulo de nuestra historia musical en el que Verónica ocupó un rol protagónico. Famosos escenarios nacionales e internacionales fueron conquistados por Verónica en aquel tiempo. Durante varios años cantó al lado de los grandes del romance latinoamericano. Nombres como: Armando Manzanero, Basilio, Vicentico Valdez, Lucho Gatica, aparecían desplegados en afiches donde se anunciaba la participación de nuestra Verónica Medina como contraparte dominicana. El Maunaloa, Las Palmas del hotel Santo Domingo, el hotel Jaragua, D’Kalaff piano bar, vibraron en aquellos tiempos ante la espectacularidad de la voz de esta dama de nuestra tierra que no se deja amilanar por el tiempo ni las tempestades, pues todavía hoy canta, tan hermoso como ayer lo hacía y con la misma dedicación y valentía. ¡Cuánta valentía!

Dejando atrás los años con Belkis Concepción y con las Chicán, contrajo matrimonio y se fue a vivir a Europa, específicamente a Holanda, donde formó parte de la orquesta merenguera “Huracán”, integrada por músicos dominicanos, con la cual obtuvo premios y distinciones que le permitieron darse a conocer entre la comunidad latina y ganar admiradores entre el público europeo. En el 1995, ya posicionada en aquella nación, formó su propia banda: “Verónica Medina y su orquesta”, para seguir ganando el cariño del público en los festivales latinos allí celebrados y con la cual también grabó su primera y única producción completa hasta la fecha, con temas de su autoría, que llevó por nombre “Confiésalo”. Naciones como Austria, Alemania, Bélgica y Francia, recibieron la música dominicana con la voz y orquesta de Verónica, quien regresó al país a finales de los noventa con planes de establecerse definitivamente de nuevo en su tierra.
Algunos temas de su autoría: ”Tanta falsedad”, “Ese hombre es mío”, “Decídete” y “O te quedas o tevas”, formarán parte de esta nueva producción que está preparando VerónicaMedina para sus seguidores de siempre y los nuevos que obtendrá a partir de ahora.

Auguramos éxitos para Verónica, una dama que los empresarios artísticos deben tomar en cuenta, ya que ella representa una parte muy importante de nuestro patrimonio cultural y la buena calidad siempre es bien recibida y nunca está de más. ¡Qué Dios la bendiga siempre!

21 de marzo de 2014

La ventaja de organizar tus pensamientos.

Si una persona desea organizar sus pensamientos lo primero que hace es conocer los mecanismos mediante los cuales estos operan en la mente. No existe una manera infalible de organizar lo desconocido, lo más conveniente es que conozcamos la forma en que pensamos. En esta ocasión, hemos clasificado los pensamientos en tres grupos: la imaginación, la consideración y el discurrimiento. La imaginación es la facultad del ser para recrear lo real o lo ideal. Muchas veces la imaginación puede estar fundamentada en ideas falsas y/o fantasiosas, otras veces está encaminada a la consecución de algún fin determinado. Por ej. La creación de un dibujo o diseño. La consideración es el pensamiento que utilizamos para reflexionar sobre lo que se nos ha presentado. Consideramos cual es el mejor camino para llegar a un destino conocido o también ponemos en consideración del pensamiento una situación o acontecimiento que amerita una solución. El discurrimiento o razonamiento es el que nos llega al inventar algo, al crear medios y formar estructuras nuevas en el pensamiento. Cuando razonamos, ordenamos las ideas en la mente hasta llegar a una conclusión. Discurrir en el pensamiento es darse cuenta de lo infinitamente nuevo que el todo representa. Pongámoslo de modo resumido: en una escala gráfica, la imaginación ocupa el lugar del cero, es el puente tridimensional entre lo positivo y lo negativo, el centro que no está ni arriba ni abajo. Justo en el medio. Imaginamos cosas nuevas y creativas, entonces la imaginación fluye en el terreno del discurrimiento o, también podemos imaginar cosas sobre situaciones conocidas o familiares, en esos casos la imaginación se mueve en los terrenos reflexivos de la consideración. La consideración o reflexión, en la misma escala gráfica, ocupa el espacio debajo del cero. Consideramos cuestiones acerca de las cuales tenemos información suficiente como para pretender estudiarlas cuidadosamente. El discurrimiento está arriba, en el lado positivo. Es ese vigilante que observa desde la torre e identifica los movimientos del entorno, es quien escucha en el silencio… Es energía pura y sin contaminación. Cuando una persona ha obtenido algún tipo de información, la asimila a través de los sentidos y la archiva mediante sus pensamientos. Dichos pensamientos pasan a ser parte de su memoria, de sus recuerdos. El ser de pensamientos organizados no se expone a ser esclavizado por ellos sino que vive permanentemente en el discurrimiento. Entonces, y solo entonces, el ser opera,piensa y actúa libremente y sin ataduras.

15 de marzo de 2014

El peligro de vivir pensando en el recuerdo.

El individuo que insiste en vivir Pensando en el recuerdo se anula a sí mismo durante el espacio de tiempo que ese estado prevalece. Algunas personas viven ahí las 24 horas de cada día. Cada minuto que una persona invierte pensando en el recuerdo constituye una ausencia física y espiritual del individuo. En unos casos el ser cree estar escondido de la realidad, sumergido en la mente, y en muchos otros casos ni siquiera se entera de su encierro pues fue conducido allí desde pequeño e ignora que existe otro mundo… el mundo real. Caso diferente ocurre cuando el ser toma la iniciativa consciente de revisar sus memorias en busca de algún recuerdo específico. Ese movimiento se produce en algunos segundos, a veces ocurre en microsegundos. Todo dependerá del grado de armonía que el individuo guarda consigo mismo y con el orden divino. En esos casos, y solo en esos casos, el uso de los recuerdos es tan útil e inofensivo como abrir un cajón en nuestro escritorio, mirar dentro, vemos al objeto por completo y es todo lo que amerita la situación, volvemos a cerrar el cajón. Permitir que sea el recuerdo lo que controle su vida deja nada de provecho. Además de la inutilidad que caracteriza al ser durante ese proceso, los recuerdos causan otro perjuicio a la existencia al interrumpir la captación de lo que el ser está viviendo en ese instante. Es como si usted fuera a la universidad, se sentara en el salón de clases, y luego se durmiera. Esta es una de las principales razones por las cuales las personas dicen tener mala memoria. En realidad nunca vivieron el suceso conscientemente, nunca estuvieron allí. El nivel de recuerdo que usted mantiene organizado dentro de su archivo mental acerca de experiencias vividas, hechos o sucesos determinados, le dice claramente el nivel de consciencia en que se encontraba cuando los mismos ocurrieron y/o el nivel de consciencia en que se encuentra hoy. El nivel de consciencia se hace evidente ante la rapidez, claridad y cantidad de recuerdos que usted puede manejar libremente sin esclavizarse al recuerdo. Si hacemos una similitud entre la computadora y los archivos de nuestra memoria, el óptimo nivel de consciencia sería equivalente a tener el escritorio siempre organizado. Lo ideal es conseguir una organización tal, que le permita tener todo dentro de un solo ícono al cual acceder pulsándolo cuando la situación lo amerite. Para lograrlo, usted tiene que saber exactamente cuáles son sus prioridades en el plano material. Su vida personal, familia, amigos, pasatiempos, negocios, etc. Cada aspecto a lo que usted le dé extrema importancia habrá de ser un ícono en su escritorio. Si observa que tiene demasiados íconos o un ícono tan grande que ocupa todo su tiempo, entonces ya usted sabe que no está viviendo plenamente. El individuo vive plenamente y en armonía consigo mismo cuando se está dando cuenta permanentemente que todo lo que está viviendo es nuevo y por consiguiente está armonizando lo espiritual con lo físico, y no interrumpe el melodioso y armónico estado mental natural.