12 de agosto de 2014

¿Buscando aprobación? ¡Quizás no sea lo mejor!

Disfrutar la mejor calidad de vida posible se hace imposible cuando se apoya la existencia propia en dogmas que se han convertido en muros que encierran y magnifican los ecos de tus pensamientos y de los enunciados de otras personas. Para comprender las posibles consecuencias de los ecos mentales tenemos que tomar en cuenta la necesidad de algunas personas de recibir aprobación de otros. Supe de una súper estrella del deporte que cada vez que bateaba un cuadrangular llegaba al lado de sus compañeros preguntándoles si se había visto bien cuando hizo contacto con la bola, preguntaba con tanta insistencia y tan frecuentemente que llegaba a molestar a sus compañeros de equipo. Son informes que la gente común no espera escuchar de un súper dotado del deporte, nadie podría imaginar que una persona con tales cualidades podría sentirse necesitada de aprobación, pero esas cosas suceden más frecuentemente de lo que pensamos. Ese atleta tan extraordinario terminó metiéndose en problemas con el uso de esteroides, todo porque él no terminaba de aceptar que ya él era lo que un día soñó ser, que nonecesitaba nada más y que la mayoría de sus colegas se habrían conformado con ser la mitad de lo que él era.

Generalmente esa dependencia de otros se adquiere en la infancia, en el hogar, en la escuela, en el sector donde esa persona creció… pero mayormente son los padres y familiares cercanos los que influyen directamente en que una persona, a pesar de sus talentos propios, crea necesitar la aprobación de otros para sentirse algo seguro de que lo ha hecho bien. Inclusive, dicha necesidad adquiere las mismas connotaciones de una adicción, ya que por lo regular, las personas que necesitan la aprobación de otros, tienden a preguntarle a cada vez mayor número de otras personas acerca de la validez o efectividad de sus propias decisiones o acciones. Si esa persona en vez de aprobación recibe un comentario negativo, lo repetirá tantas veces en su mente que en ocasiones corre el riesgo de caer en depresión. No es lo mismo preguntarle a un experto o especialista acerca de un tema sobre el cual no tenemos conocimiento cabal que detener a cualquier compañero de la oficina y cuestionarle acerca de la conveniencia de invertir en la bolsa de valores. Debemos recordar que en los asuntos delicados siempre es recomendable buscar una segunda opinión entre expertos, porque aún los más expertos pueden equivocarse. El detalle aquí es conocerse a uno mismo, confiar en que se está siempre haciendo lo mejor que se puede y que incluso los asuntos que ameriten corrección no necesariamente significa que se han realizado de manera incorrecta sino que podría añardírsele algo más para que esté completo o salga mejor. Si esperas la aprobación de otros quizás nunca la recibas. Confía en Dios, confía en ti y haz que tu vida sea tu mayor aprobación.

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