Pertinaz, pertinazmente.

La palabra pertinaz se utiliza para referirse a algo o alguien que dura o permanece insistentemente en el tiempo en cuanto a lo que hace, provoca, piensa u opina. Así, si una llovizna, sea fuerte o ligera, se mantiene constante y por largo tiempo es usual decir que es una pertinaz llovizna. Cuando se utiliza este término para referirse a una persona que mantiene firme su decisión u opinión con respecto a un tema en particular, por lo general se emplea para calificarlo de obstinado o hasta de testarudo o terco, porque no está dispuesto a renunciar a aquello que cree o defiende, aunque sus argumentos sean débiles o pueriles. Una persona pertinaz es tenaz y persistente en lo que se refiere a sus creencias y convicciones, aún en los casos en que reconoce que puede estar errado, sencillamente insiste en defender aquello que cree saber. Una cosa es utilizar todas las herramientas que estén disponibles para lograr un objetivo o alcanzar una meta; otra cosa muy distinta es encerrarse en una idea, tenga o no fundamento, e insistir pertinazmente hasta llevar al hastío a quienes atestiguan dicho esfuerzo. La sabiduría divina nos enseña a leer la vida y saber cuándo debemos insistir y cuándo conviene detenernos. Es cuestión de mantenernos en comunión espiritual con el Creador. No hay ni habrá nada mejor.