Cada día nacen criaturas
inocentes en el mundo y llegan diseñadas para repartir amor a quienes deseen
recibirlo; el milagro inaudito de la naturaleza que forma la lluvia capaz de
refrescar la tierra y hacer florecer frutos y flores, además de darnos de beber
para seguir vivos, sigue ocurriendo incesantemente a pesar de los abusos que el
hombre infiere al planeta; cada día nuevas parejas contraen matrimonio
esperanzadas en que el amor los mantendrá unidos por el resto de sus días; cada
día despiertan niños excesivamente pobres que viven debajo de los puentes y
duermen en aceras y contenes, debiendo salir a la calle a buscar la manera de
obtener algo que echar a la boca, aunque deban imaginar que ese algo es un
plato tan suculento como el que a veces alcanzan a ver desde la vitrina de un
lujoso restaurant… pero esos niños sobreviven milagrosamente a todas las
adversidades que la vida les presenta; cada día son formados profesores,
doctores, enfermeras, militares, policías y muchos otros servidores públicos que
comparten la sincera vocación de servir y proteger a sus semejantes; y cada día
sale el sol para energizar la tierra, las aves cantan armonizando el ambiente,
las playas y ríos esperan visitantes, las flores adornan los paisajes, los
árboles dan frutos y limpian el aire que respiramos… ¿y todavía preguntas dónde
está Dios? Dios está en la sonrisa inocente de los niños, en el amor, la
entrega y devoción con que los seres humanos seguimos sintiéndonos unidos a
nuestros semejantes, en la belleza e incomparable grandiosidad de la
naturaleza, en el aire, en el agua, en la tierra de la que nos alimentamos…
Dios está en todos lados.
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