Hace algunas décadas inició un movimiento cinematográfico orientado a llamar la atención sobre el fenómeno extrañamente incomprendido de la incómoda realidad que a menudo les toca vivir a las personas cuyas capacidades intelectuales sobresalen por encima del promedio de las demás personas. Las películas de esa índole tenían nombres con el adjetivo calificativo de “Nerd”, que en inglés se utiliza para denominar a esos individuos que por lo general aman estudiar y se destacan por encima de sus compañeros en asuntos académicos. Claro, en las películas de esa clase, como la famosa “Venganza de los nerds”, le imprimen ciencia ficción y venden la idea de que son tipos retraídos, ausentes y aburridos; que usan gruesos anteojos para leer, son poco atléticos, etc., pero esa no es la realidad, pues más allá de sus profundos intereses académicos, son personas iguales que las demás.
El asunto es que hoy en
día existe una tendencia manifiesta a darle poca o ninguna comprensión a los
estudiantes con altas capacidades intelectuales (Alcain), al menos es así en la
mayoría de los países latinoamericanos. Me refiero a que esos estudiantes
requieren ser educados de manera diferente… mientras a un estudiante típico
puede resultarle monótono y aburrido tener que indagar y leer un par de páginas
sobre la historia de Rómulo y Remo, y la fundación de Roma, los estudiantes con
Alcain suelen no estar satisfechos con leer uno o dos capítulos sobre el tema y
lo más probable es que indaguen en varias fuentes o, si les interesa demasiado
el tema, lleguen a comprar uno o dos libros con los cuales satisfacer la
búsqueda de información. Otro ejemplo: mientras el estudiante típico se limita
a cumplir con las asignaciones que dejó el profesor, un estudiante con Alcain
no pone límites al conocimiento y quiere saber exactamente cuándo inició y
hasta dónde ha llegado el fenómeno estudiado. Probablemente el chico escriba el
cuestionario que el profesor va dictando o que ya escribió en la pizarra, y acto
seguido proceda a contestar esas 10 o 20 preguntas, porque eso para él es
sencillo, mientras sus compañeros tendrán tarea para la casa y algunos llegarán
con la excusa de que el perro mordió el libro o algo así.
Estos estudiantes, sobre
todo cuando son niños, necesitan un apoyo educativo específico, porque a menudo
ni siquiera ellos mismos entienden el porqué son diferentes; hay que asignarles
tareas de acuerdo a la capacidad intelectual que exhiben; tratar de satisfacer sus
curiosidades e inquietudes, motivarlos a compartir sus conocimientos con la
clase y dejarles saber que esa es una labor apreciada e importante; propiciar el
aprendizaje colaborativo, es decir, que forme hábitos de trabajar en grupo con
sus compañeros; orientar a sus padres y tutores para que entiendan a plenitud
la condición atípica del niño o niña con Alcain que tienen en casa y así puedan
contribuir a sacar mayor provecho de tales capacidades.