2 de marzo de 2023

Lo que dice el corazón.

Todos los seres humanos, sin excepción, hemos aprendido cosas beneficiosas y cosas dañinas, como decimos: lo bueno y lo malo. Algunos emplean ese conocimiento para ser precavidos y poder salir airosos de las pruebas y evitar salir perjudicado; otros utilizan ese tipo de aprendizaje para sus propios provechos sin importar quién o cuántos salgan perjudicados… porque hay todo tipo de personas en el mundo. Dentro de este último grupo hay quienes actúan de manera inconsciente, es decir, sin saber a ciencia cierta lo que están haciendo, y otros lo hacen todo de manera intencional. ¿Cómo identificamos qué clase de persona tenemos de frente?, o mejor aún, ¿cómo identificamos el tipo de persona que somos? Muy fácil: mediante la observación detenida del discurso que otros y nosotros mismos utilizamos para la comunicación con los demás. Sí, porque dice la palabra de Dios que un hombre bueno del buen tesoro de su corazón presenta lo bueno y el hombre malo del mal tesoro de su corazón presenta lo malo. Porque de la abundancia del corazón habla la boca (Lucas 6:43-45). Así que es preciso que prestemos atención a las palabras que decimos y observemos qué tipo de información está guardando nuestro corazón. Al final de cuentas, el daño que una persona pronuncia contra otra es un daño que, quiéralo o no, se está haciendo a sí mismo. Como antes dije, a veces sucede de manera involuntaria, pero si estamos atentos a lo que hablamos podemos conocer mejor la abundancia de nuestro propio corazón.

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