Aquellos que piensan que el hombre moderno no piensa, están equivocados. El hombre siempre piensa, pero cada día piensa más erróneamente. También se equivocan al intentar desligar a la filosofía y los filósofos de la errónea forma de pensar de los seres humanos que viven en sociedad, algo sencillamente imposible.
Desde los inicios de ciencias como sociología, psicología, antropología y otras diferentes ramas del saber humanista, todas ligadas de forma inherente a la filosofía, el hombre ha buscado en los pensadores, estudiosos de estas artes científicas, la esperanza de hallar solución a la mayoría de las situaciones difíciles que entorpecen el diario vivir. Entonces sería como si la Toyota se desligara de todos los accidentes de tránsito provocados por las fallas en las computadoras que ellos colocaron en sus autos. La verdad ha de ser dicha, hace más de cien años que ningún filósofo conmociona al mundo con sus pensamientos. Hoy en día los filósofos piensan y trabajan para impresionar a sus colegas y a ellos mismos. Los más serios se esmeran en aprender de los grandes filósofos de la historia para poder determinar a cual rama del conocimiento filosófico pertenecen sus propios pensamientos, a cual corriente adherirse. Olvidan que el objetivo principal de la filosofía es hallar el bien común de la humanidad. Olvidan también que este es un mundo distante y diferente de aquel de tres mil años atrás y necesitamos fórmulas de pensamientos diferentes para quebrar los viejos esquemas.
Todavía hoy prevalecen los pensamientos de los filósofos de antes de Cristo y algunos de diferentes épocas hasta el siglo XIX. Eso es todo.
Hay que señalar que en los tiempos de Sócrates, Aristóteles, Platón, Pitágoras, Epícuro y otros grandes pensadores griegos… ellos no tenían mucho otro entretenimiento que no fuera pensar y luego sentarse en las plazas a discutir sus pensamientos. Los que más trabajaban lo hacían precisamente impartiendo docencia filosófica. De esas doctrinas salieron todas las demás ciencias. Actualmente los filósofos viven la misma vida ajetreada que cualquier obrero vive.
Siempre he pensado que si fuera posible trasladar a través del tiempo a esos filósofos a los tiempos actuales muy posiblemente enloquecerían antes de tres días; autos, aviones, computadoras, drogas, Sexo, televisión con tanta engañosa publicidad, juegos de azar, etc. Serían demasiado para cualquiera de ellos, sus cerebros explotarían sin duda.
La humanidad está siendo manipulada por políticos, mercadólogos, los zares de los juegos de azar, los fabricantes de moda y demás aprovechadores de la ignorancia humana. No existe un movimiento filosófico moderno que reúna todos sus esfuerzos en alertar y despertar a la humanidad del letargo en que vive hoy. Es más importante para un joven moderno pensar como obtener los cinco mil pesos que le costarán los Niké Jordán que se va a comprar que pensar en el existencialismo o en la filosofía kantiana. Un hombre común y corriente se sienta delante del televisor y en cuanto comienza a pensar cómo mejorar su estilo de vida le interrumpe su pensamiento un espectacular comercial de cualquiera de las 300 loterías que existen e inmediatamente deduce que esa es su solución. Se pone de pié, pues tiene que llegar a la banca antes de las nueve de la noche a jugar sus números abonados, y se dispone a regalar su dinero a otro quien ya es millonario gracias a la gregaria conducta de rebaños que impera en el hombre moderno.
Desgraciadamente sí, muchos de los hombres de ciencia, filósofos, pensadores y otros profesionales de la conducta están al servicio del régimen capitalista que busca mantener embaucados a todos aquellos que insisten en pensar erróneamente, no en su propio bien sino en alabar y seguir a cualquiera que tenga un ápice de poder de persuasión oral.
Sí, es responsabilidad de los filósofos modernos encontrar y transmitir al pueblo llano la fórmula que les permita despertar del letargo de la esclavitud y dejen ya de regalar su dinero, su desarrollo y prosperidad a las grandes marcas licoreras, la ropa y calzado de moda, los juegos de azar y todo vicio en general. Ese es el primer paso. El segundo es concienciar a la humanidad del incalculable beneficio que tiene la educación para el avance del mundo y que en ese tenor todos somos importantes. Entonces y sólo entonces estaremos preparados para que la humanidad avance a pasos gigantescos como un solo hombre. Amándonos los unos a los otros como nos fue encomendado. Esa es la forma más idónea para que el hombre pueda volver a pensar correctamente en su propio bien y al mismo tiempo es lo que los hombres no queremos entender.
IDL.
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