5 de noviembre de 2014

Siembra el bien... cosecharás el bien.

El bien es la semilla que sembramos cuando beneficiamos a alguien con nuestros pensamientos, palabras, acciones e inacciones. Una semilla que habrá de germinar y dar sus frutos, porque así es la naturaleza del bien. Haz siempre el bien sin esperar gratitud ni recompensa que provenga de esas personas a quienes haces bien. A veces los seres humanos tienen el hábito de olvidar esos momentos duros en que tuvieron que ser ayudados por otros… es un mecanismo de protección que usan las mentes débiles. Por eso es que a menudo también se pretende olvidar a aquellos que han hecho el bien. Si ayudas a otros y te pagan mal, pídele a Dios que te dé muchas más cosas con las cuales puedas seguir ayudando a muchas más personas, aunque estas también se olviden de tus buenas acciones. Las semillas que has sembrado habrán de florecer tarde o temprano. Es ley de vida y nadie puede evitarlo. Sólo ten presente que es mejor dar que recibir. Haz el bien y no mires a quien.

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