Si un hombre cree tener en su mente todas las respuestas de manera absoluta,
probablemente no tiene una sola respuesta verdadera.
Aprender de los errores cometidos, para no volverlos a cometer, se llama
experiencia; Lamentarse por los errores cometidos, y no aprender nada de ellos,
se llama tragedia.
No existe manera de que hubieras hecho las cosas diferentes a como las
hiciste en el pasado; La persona que eras entonces, fue quien eligió el camino
que en ese instante consideró el más adecuado.
El ajedrecista promedio busca realizar sus mejores
jugadas; el ajedrecista pesimista busca defenderse de las jugadas de su rival;
el buen ajedrecista contempla el tablero en su totalidad: estudia las
posibilidades de su oponente y medita fríamente todas y cada una de sus propias
posibilidades antes de hacer su próxima movida.
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