24 de abril de 2016

Energía solar en el presente dominicano.

Escuché a unos ejecutivos de cierta empresa llamada Solar Electric hablar en televisión acerca de la instalación de más de catorce mil metros cuadrados de paneles solares en el techo de Carrefour, la enorme tienda por departamentos de la autopista Duarte, e indicaron que en total fueron 4744 los paneles solares que instalaron  para que dicha empresa pueda generar 1.25 mega wats de energía, lo cual representa casi el total de lo que ellos consumen, el resto de energía que necesiten, principalmente en las horas en que no haya luz solar, lo suministrará Edesur en la forma tradicional que todos conocemos. La entrevista a los ejecutivos de Solar Electric, Urko Díez Webster y Lionel Michel, se desarrolló en el programa Revista 110 de Julito Hazim y los invitados estuvieron dispuestos a suministrar todos los datos que les fueron requeridos. El costo total de esa instalación es de dos millones de dólares (90 millones de pesos dominicanos), gracias a la exoneración de impuestos que estatuye la ley dominicana a los equipos de energía renovables y al crédito fiscal de cuarenta por ciento al costo de  los paneles solares e inversores que forma parte del incentivo gubernamental a este tipo de inversión.  Dos millones de dólares es mucho dinero para una inversión en energía, pero, con el consumo diario que tiene Carrefour, dicha inversión será recuperada en menos de tres años y el promedio de vida útil de los paneles solares es de veinticinco años. A leguas se ve que Carrefour ha tomado una decisión inteligente. Si todas las empresas dominicanas se orientaran hacia ese rumbo las cosas fueran muy diferentes en nuestra nación: dichas empresas abaratarían sus costos de operación y ese detalle debería reflejarse a mediano plazo en los servicios y utilidades brindados al público consumidor; las emisiones de gases de carbono también se reducirían y tendríamos un mejor ambiente, un aire más sano para respirar y nuestro país avanzaría a pasos agigantados. La energía solar representa una de las formas más económicas para que la humanidad pueda obtener el combustible que consume en la vida diaria. Hace años deberíamos estar utilizando al sol para la mayoría de las actividades humanas que gastan energía eléctrica. Sí, todos sabemos que las grandes corporaciones que comercializan el combustible derivado de los fósiles hacen cualquier cosa para impedir el avance de toda forma de energía alternativa que amenace con desplazarlos del mercado internacional, pero, ¿hasta dónde vamos a soportarlo? Uno de los factores que incide negativamente en la implementación definitiva de la energía solar y de otras formas alternativas de energía es el costo de instalación, del mantenimiento y de la materia prima necesaria para su utilización, pero, lo bueno es que ya sabemos hacia donde orientar nuestro esfuerzo, ya sabemos que hay que abaratar dichos costos por el bien de la humanidad. Los beneficios que obtendremos cuando dejemos de usar los combustibles fósiles son incalculables, no hay forma posible de cuantificarlos en este instante, porque son demasiados y se verán a corto y largo plazo de manera continua tan pronto lo hagamos una realidad. La salud de la humanidad aumentará al cien por ciento debido a que la contaminación ambiental se reducirá a su mínima expresión y con ella también desaparecerá una gran parte de las enfermedades que afectan al ser humano; la economía individual y colectiva de los seres humanos mejorará inmediatamente cuando no tengamos que gastar tanto dinero en poner a circular nuestros autos ni en la energía eléctrica que consumimos en nuestros hogares; la ciencia aumentará vertiginosamente cuando los científicos vean abaratarse los costos que conllevan los experimentos que realizan, y en sentido general, habrá muchísimas más personas que tendrán al alcance de su bolsillo el poder incursionar en la realización de investigaciones científicas en todo el mundo; la agricultura, la medicina, el deporte… todo reducirá su costo y aumentará su calidad debido a los avances que tendremos cuando no dependamos del costo abusivo y la terrible contaminación que significa el depender de los combustibles fósiles. Según un cálculo realizado en el programa de televisión por los ejecutivos de Solar Electric, cuesta menos de diez mil dólares el instalar los paneles solares en un hogar dominicano cuyo promedio de consumo es equivalente a doce mil pesos dominicanos mensuales. No todo el mundo puede hacer ese tipo de inversión, pero, yo aconsejaría a todo el que pueda hacerlo que busque asesoría profesional sobre el tema y piense seriamente en usar la energía solar para su hogar, porque, además de la economía y otras ventajas que aquí he mencionado, si no se consume toda la energía que los paneles captan, entonces, el excedente puede ser enviada al sistema tradicional de energía y la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales hace un reembolso al usuario por dicho concepto. Es algo que vale la pena sentarse a analizar.

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