Desde
muy pequeño escuché el uso del término “Madre patria” para referirse a España y
honestamente no lo entendía. Dado que quienes regularmente pronunciaban esas
palabras eran personas con la autoridad suficiente como para que sus argumentos
no fueran cuestionados, llegué a pensar que mi falta de entendimiento era
propio de mi inexperiencia en la vida y se disiparía a través del tiempo. Con
esta “no tan convincente” deducción en mi cabeza continué observando como mis
compatriotas seguían llamando Madre patria a España, pero, seguía sin entender.
El mismo profesor que nos instruía acerca del orgullo de nuestra independencia nacional
cada vez que se acercaba el 27 de Febrero,
luego, un día cualquiera, nos comentaba sobre la madre patria europea.
La
TV por cable ( cuando no existía la Internet ), eventos deportivos internacionales en los que
participé en mi adolescencia y la familiaridad con otros hermanos
latinoamericanos que por diversas razones
visitaban nuestra tierra, me confirmaron lo que ya yo suponía. En todos
los pueblos latinos de habla hispana existían personas que hacían exactamente
lo mismo, llamaban madre patria a España. ¡Aaah… era eso! Se trataba
simplemente del idioma. Claro, si todos hablamos castellano, que salió de
Castilla, pues sí, la madre patria es España.
Lo
brillante de mi efímera deducción adquirió profunda opacidad en pocos días.
Razonaba: “Entonces… ¿si un niño asiático es criado por una madre curazoleña y crece hablando holandés, tendría a Holanda
como su madre patria? No, eso no encajaba bien. El hecho de ser adolescente y,
por consiguiente, creer que podía saberme todas las respuestas del mundo, no me
ayudaba a concluir ese dilema de modo satisfactorio. Peor aún, muchos
historiadores dominicanos condenaban al general Pedro Santana por propiciar la
anexión a España de nuestra amada República Dominicana apocos años de habernos librado del yugo
haitiano, pero, a esos mismos los escuchaba llamar madre patria a la nación
ibérica. Seguía sin entender la razón. La religión católica es aceptada por más
del noventa por ciento de los dominicanos y la heredamos de España, ¿sería eso
suficiente? Brasil es uno de los países con mayor cantidad de católicos y no
dicen ser hijos de España. Aún así, la iglesia católica viene de Roma, no de
España.
Muy
poco de nuestra cultura proviene de allá: tocamos y bailamos merengue con
tamboras africanas, jugamos béisbol de origen norteamericano y una gran parte
de nuestros electrodomésticos son “made in China”. ¿Dónde está España?Pues,
fuera de la mayoría de nuestras tradiciones religiosas y el idioma castellano, España en Dominicana se
quedó reducida a los apellidos españoles
que ostentamos. Lo cierto es que somos una mezcla inmensa de culturas que hoy
caracteriza la sólida identidad del pueblo dominicano.
La
fisonomía del pueblo dominicano, en su mayoría, lleva a Africa retratada de la A hasta la Z. en países como ´méxico,
Perú, Bolivia e incluso Venezuela se observa claramente su herencia aborigen. Ocurre
igual, en mayor o menor proporción, con casi todos los habitantes del resto de
las naciones de centro y Suramérica. Esa es la pura verdad.
Deduje,
y lo mantuve por mucho tiempo, que dos factores influían directamente en este
fenómeno: Primero: fueron los colonizadores españoles los que, por sentirse
lejos de su tierra, llamaban madre patria a su país de origen y luego se ha
quedado grabado en las mentes de los
descendientes de los pueblos colonizados, algo así como una mezcla de
servilismo y de negación a nuestra propia identidad; y, segundo: África no
ofrece, y nunca ha ofrecido, ningún tipo de ayuda económica, ni posee los
medios adecuados para proyectar y defender los aportes de su cultura a nuestros
pueblos. Di por terminado ese asunto por varios años y pensé que ya no volvería
a razonar sobre el mismo… ¡Cuán equivocado estaba!
Recientemente,
hace dos o tres años, obtuve
conocimiento de unos estudios científicos llevados a cabo por un investigador de la Universidad
de Puerto Rico (recinto Mayagüez), el Dr.
Juan Carlos Martínez Cruzado. Dichos estudios trataban específicamente sobre el ADN mitocondrial. Este gen es heredado exclusivamente de nuestras madres, los
hombres no contribuyen en absoluto en la formación del mismo, y puede ser
rastreado de generación en generación a través de miles de años hasta nuestros orígenes,
pues las mutaciones del gen ocurren cada tres mil años. Según los resultados
del rastreo genético llevado a cabo en Puerto Rico, más del sesenta % de los puertorriqueños descienden
directamente de los taínos o primeros aborígenes que poblaron la isla
borinqueña en la era precolombina.
Un
estudio similar, pero menos abarcador (apenas 1,200 muestras ), fue llevado a
cabo en República Dominicana y arrojó
resultados parecidos pero, sorpresivamente, nuestros ancestros aborígenes no
son exactamente los mismos que los de los puertorriqueños. Según dicho estudio,
nuestra herencia genética materna está compuesta por un 30 % aborígenes de origen asiático (15 % taíno y 15 % variado), mientras que un 70% proviene de África. Hay que señalar que se
trata de una muestra muy mínima para que pueda arrojar resultados confiables,
habría que hacer una inversión cuantiosa en recursos para llevar a cabo un estudio más profundo y más completo. En 1948 el científico dominicano Dr. José de Jesús Álvarez Perelló realizó estudios acerca de nuestro origen genético y
concluyó entonces que al menos el 17% de nuestra población tiene
orígenes indígenas. El otro lado de la moneda lo sostiene el Dr. Juan Rodríguez
Acosta, Director del Museo del hombre dominicano, quien piensa que exageran en
lo que se refiere a herencia genética taína tanto en Puerto Rico como en
República Dominicana y señala que los resultados dependen de los lugares donde
se tomen las muestras para el estudio. Rodríguez Acosta indica que los estudios
que comprueban la extinción de la raza taína en nuestra isla son los más acertados
y recordó que el italiano Alfredo Coppa también realizó estudios genéticos en
la población dominicana y determinó entonces que el 85% de nuestro ADN es de origen africano, 9 % indoamericano (no se refirió
específicamente a taínos , ) 0.8%
de origen europeo y 4.8% de origen incierto. Este
tipo de estudio se viene realizando hace años y han corroborado lo que otros
estudiosos nos habían dicho … los primeros habitantes del hoy llamado continente americano llegaron aquí desde el continente asiático a través de Centro y Suramérica y en nuestros genes tenemos esa información.
Estoy
seguro que la ciencia y la tecnología nos seguirán brindando conocimientos y
sorpresas acerca de nuestros orígenes. Con todo esto, a veces parece
irrelevante lo de la madre patria, mas, yo prefiero, y así lo enseñaré a mis descendientes, creer, pensar y aceptar que mi única madre patria está en este pedacito de tierra caribeña llamada República Dominicana, cariñosamente “Quisqueya”,
porque mi historia comienza aquí.
Fuentes: Experiencia personal; 2- Conferencia "Orígenes continentales de las primeras poblaciones de las islas del Caribe y los movimientos migratorios que los formaron" dictada por el Dr. J.C. Martínez Cruzado (UPRM)y el Dr. Fermín Mercedes De La Cruz (UCE)en el auditorio del centro MÉDICO uce, 16 de junio del 2010; 3-PERIÓDICO Listín Diario, La República , 17 de junio 2010 y otras ediciones entre los años 2008 y 2010.
interesante articulo, saludos desde francia
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