15 de julio de 2013

Flotando en el esppíritu.

La gente se empecina en "racionalizar" los pensamientos, en hallar su propia lógica de los acontecimientos.

Muchas veces he dicho a personas que pueden ser capaces de flotar en el agua, aún sin saber nadar, todo lo que tienen que hacer es no intervenir, estarse tranquilos, eso es todo. Muchos logran flotar de inmediato, porque no insisten en buscar la lógica, que no podrían hallar, pues carecen de información en la cual apoyar sus razonamientos. Otros decían que yo lo decía por que soy nadador desde muy pequeño, los que usaban ese argumento casi nunca lograban flotar… tenían su propia lógica errada para agarrarse y hundirse en el agua junto a ella.

Es solo cuestión de darse cuenta que somos parte del todo. Es sencillo, eso es todo.

¿Quieren saber lo irónico de esa situación? Es que conocí colegas nadadores que no flotaban permaneciendo tranquilos, tenían que recurrir al conocimiento adquirido para mantenerse a flote, moviendo piernas y manos. Es lo mismo que sucede al individuo, sea inteligente o educado, que pretende aplicar la limitada lógica humana a la espiritualidad. No flotan, porque "creen" que tienen que aprender a hacerlo. No se dan cuenta que ya es parte de ellos. La espiritualidad es un regalo divino. Los regalos no se pagan, no se ganan. Son solo eso… regalos.

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