2 de septiembre de 2013

Un gozo incomparable.

La felicidad en el mundo material es un estado de ánimo que se adquiere cuando las circunstancias son favorables al ser humano. A los hombres nos hace felices el alcanzar metas: obtener un título universitario, comprar un auto nuevo, adquirir una casa, etc. También nos hace felices recibir buenas noticias y percibir emociones satisfactorias: un regalo inesperado, volver a ver a un viejo amigo, el nacimiento de un hijo, sentirse enamorado… la lista abarcaría páginas enteras. Es que la felicidad para el hombre está condicionada a situaciones y circustancias externas que muchas veces ni siquiera dependen de sus propias fuerzas. Hay una manera especial de sentirse feliz, es cuando recibimos el gozo de sentirnos amados por el creador, es algo increíblemente indescriptible.

Cuando tenemos en nosotros el gozo que el Señor nos concede por su gracia nos colocamos por encima de las circunstancias y experimentamos el bienestar que produce el estar en comunión con Dios. Con eso nada puede compararse.

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