27 de abril de 2020

El infinito poder espiritual.

El cuerpo físico y el espíritu suelen ser antagonistas el uno del otro, en eso hay que estar claro. Son contrarios en cuanto a los intereses de cada cual, a veces son como dos amigos que compiten el uno contra el otro todo el tiempo y por eso no siempre logran entenderse. El asunto es que el cuerpo sólo demanda, exige, consume y no espera… siempre quiere lo suyo ahora mismo. Si tiene sed debes suministrarle el agua para saciarla, el hambre requiere alimentos, el calor busca refrescar el ambiente, el cansancio exige descanso que puede llegar hasta hacerte ir a dormir. Esas son condiciones y cualidades básicas de la vida humana propias y naturales del cuerpo físico. El espíritu es energía, su función natural es incrementar su fortaleza, vivir de forma inteligente, estar despierto, esos detalles que otorgan importancia al que seas consciente de tu nivel espiritual. El cuerpo es el vehículo en el que te transportas en el plano material, es necesario cuidarlo para tener una vida saludable, teniendo siempre presente que los excesos traen perjuicios y que el conocimiento que contiene es limitado y por consiguiente debe ser vigilado y cuestionado permanentemente. El espíritu posee poder infinito, que nunca termina, pero que puede ser obviado, mal utilizado y hasta inutilizado, lo cual ocurre cuando se confunde la vida física con la vida espiritual. Eres espíritu creado para elevar el nivel del plano material y eso sólo puedes lograrlo siendo consciente de tu poder espiritual. ¡Debes aprender a vivir en el espíritu!

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