7 de febrero de 2017

Conoce tu realidad y libérate.

La objetividad de la realidad está supeditada al convencimiento persuasivo de cada persona acerca de lo que él o ella percibe, sea por métodos propios o por influencias externas, y por consiguiente es muy probable que la misma se encuentre tan alejada de la verdad como las estrellas lo están del suelo terrestre, con la salvedad de que las estrellas realmente existen y la primera, es decir, la supuesta realidad objetiva, posiblemente sólo sea fruto de la imaginación, de lo abstracto e intangible que caracteriza a los deseos humanos. Por ende, poco o nada obtiene el hombre en empeñarse en vivir todo aquello que es empujado a hacer suyo si ni siquiera sabe exactamente lo que él mismo es o representa en el universo. Aquel que no entiende la realidad subjetiva de su existencia y no se interesa en escudriñarla profundamente, se encamina de manera voluntaria a un mundo de ignorancia suprema donde lo irreal prevalece y la libertad es una total desconocida. Allí residen los vicios: juegos de azar, drogadicción, modas, alcoholismo, chismes, corrupción, hechicerías, etc. Meros engaños que conducen a ningún lugar. Conoce tu realidad, esa que sólo tú puedes ver; hazlo sin importar que estés o no de acuerdo con lo que ves. Simplemente obsérvala, entiéndela y compréndela en toda su extensión. Entonces habrás dado el primer paso hacia tu liberación.


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