El maestro Andrés de Jesús.

Si revisamos la historia de nuestros mejores merengueros nos daremos cuenta que la mayoría de ellos fueron formados en academias de música que habían por doquier en Dominicana en los años sesenta. Tal es el caso del maestro Andrés de Jesús, quien a la edad de catorce o quince años se inició en la música, entonces vivía en un campito ubicado a dos kilómetros del municipio de Castillo, provincia Duarte, donde un profesor mocano llamado Isidro Silverio Noble impartía clases en una academia de música en horas de la noche. Como las clases terminaban tarde, a las diez de la noche, y aquellos parajes eran muy oscuros, Andrés tenía algo de temor a caminar solo hasta su campito por una pequeña carretera sembrada de cacao a ambos lados y decidió abandonar las clases, pero, el profesor Silverio fue a buscarlo y a preguntarle la razón de su ausencia, porque pensaba que Andrés tenía mucho talento y no debía abandonar su preparación en el área musical, ya que iba aprendiendo de prisa a leer y a dominar la teoría, en un tiempo en que el solfeo había que aprenderlo cantándolo en clase y el profesor quería que el joven adquiriera los conocimientos que le faltaban. Fue así como el profesor Silverio transfirió las clases de música para las dos de la tarde y Andrés de Jesús regresó a la academia. Años después sería ese joven músico quien se encargara de arreglar merengues tan populares como “Félix Cumbé”, “Déjame volver”, compuestos por el músico de origen haitiano Francisco Cruz (su nombre real es Critz Sterlin) y “Cama y mesa” del brasileño Roberto Carlos, en los tiempos dorados del merengue, temas estos que interpretó Fernando Villalona y que lograron calar profundamente en el gusto dominicano. El maestro Andrés de Jesús ha dejado su nombre en la historia de nuestro ritmo patrio, porque luego tuvo su propia orquesta con temas tan sonados como “El Príncipe”, interpretado por Ray Polanco, que definitivamente es uno de los mejores merengues de todos los tiempos. Debemos exigir a nuestras autoridades del Ministerio de Cultura que propicien la creación de escuelas de música en toda la geografía nacional para que nuestro futuro musical sea tan brillante como ha sido en otros tiempos. ¡He dicho!