19 de mayo de 2011

Dualidad del ser.

El sexo femenino gusta de pensar y calcular cada cosa antes de dar el primer paso. A menudo piensan demasiado y los planes se quedan en el pensamiento. Si se pregunta a una mujer acerca de las cosas que siempre ha querido hacer, de seguro tendrá una lista larga de la cual hablar.

El sexo masculino es dado a actuar primero y luego pensar en las consecuencias de sus acciones. Con frecuencia el hombre se da cuenta de que ha cometido un error cuando es demasiado tarde. Si se pregunta a un hombre la razón de haber incurrido en tal o cual error, muy probablemente no sabrá contestarle o le responderá que no pensó lo que hacía.

La sabiduría divina es perfecta. Varón y hembra los creó. Unidos, trabajando juntos, el hombre y la mujer son garantía de éxito y de obtención de todas sus metas. Ambos forman un complemento único e inigualable. La paciencia meditativa de la mujer y el accionar constante del hombre dan como resultado una obra hermosamente calculada y vigorosamente elaborada.

Cada uno de nosotros posee ambas energías; la femenina y la masculina. Sirven  para ayudarnos a encontrar el mejor camino para nuestras existencias. Si no lo estamos logrando o nos sentimos insatisfechos con lo que estamos haciendo, quizás no estemos empleando adecuadamente esa dualidad energética con que nos proveyó el creador.

Si ya hemos formado pareja, lo ideal es que cada uno aproveche las cualidades inherentes de su otra mitad para alcanzar sus objetivos individuales y comunes.

Ahí radica la importancia de una buena comunicación. He ahí la clave de una buena compenetración en la pareja. Si aún no lo ha logrado, organice sus ideas, converse con su pareja y pónganse de acuerdo para que lo hagan unidos de ahora en adelante.

Si después de plantearlo, estudiarlo y llegar al acuerdo que ambos consideren idóneo para los dos, no consiguen tomar el camino correcto, no se rindan fácilmente, inténtenlo de nuevo hasta lograrlo.

Lo importante es mantener el respeto, la armonía, confianza, comunicación y el cariño como fundamentos de la relación. Cuando estos factores son imposibles de obtener la relación no existe realmente, y lo mejor es que cada cual decida que camino tomar.

Si están unidos y solamente carecen de algunas de las cualidades que hacen feliz a una pareja, trabajen juntos, como un solo ser, Dios los ayudará a elegir lo que es mejor para los dos.

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