24 de marzo de 2011

Dominiland 2ª parte.

Dominiland; País de las maravillas.
Si no leíste la primera parte, entra a: Dominiland 1ra parte.  
La sonora carcajada inundaba todo el despacho real. Monchy Burquis se retorcía en el sofá mientras miraba la televisión, las imágenes en la pantalla mostraban como llevaban en camilla a Afrini, luego de que los gendarmes   reales lo bombardearan con bombas lacrimógenas. Afrini quizo elevar una protesta pública a favor de sus detenidos colaboradores y poco faltó para que recibiera unos cuantos palos a manos de la guardia parlamentaria. Pronto todos se olvidarían de él, pensaba Calvini, por eso no lo envió a prisión junto a sus consejeros reales. Monchy gozaba la vergüenza que Afrini estaba pasando, justo en la misma calle donde él mismo hizo famoso aquel grito de guerra ¡Entren to' cojollo!. El monarca de Guraviña lo interrumpió, ¡Mira, Monchy! Llévate  el jodío televisor si quieres y déjame trabajar tranquilo. Monchy Burquis salió de la oficina sin poder dejar de reír.
Calvini empezó a gobernar y su nuevo reinado disfrutó de cierta prosperidad…. Nada del otro mundo pero su pueblo notaba la diferencia y el avance. Nombró a Guidín Maceta encargado de publicar los edictos del rey, Milly Boxchina, virreina de Gazcolandia, se encargó de dar reglazos a los estudiantes que no hacían la tarea, Micky Bigote fue nombrado constructor de caminos y el Duque de Barahín, Fellini el Soberbio, primero se autonombró jefe de gendarmes y luego decidió emular a Cristóbal  Colón y, construyendo cinco carabelas, las mandó a buscar turistas para el reino desde los cinco continentes, aunque no quisieran.
Todo parecía acoplarse para los jachistas, entonces Calvini de Guraviña cometió otro error. Sintiéndose acosado por banqueros y comerciantes poderosos a los cuales el antiguo rey Afrini tenía acostumbrado a complacer en todos sus requerimientos, Calvini puso a prueba su poder y mandó a freír tuzas a aquellos burgueses mal acostumbrados a obtener del reino todo lo que deseaban. Calvini dijo ¡El poder es para usarlo! y mandó a encerrar en prisión a algunos de estos poderosos mercaderes. Los demás burgueses contemplaron atónitos lo sucedido, no podían dar crédito a sus ojos. ¿Quién se ha creído ser este Calvini de Guraviña?, decían, si el poder es para usarlo, nosotros tenemos el poder del dinero y vamos a usarlo en su contra. Muy pronto todo el reino sintió la fuerza y el poderío de este pequeño grupo de mercaderes que poseía en sus manos el 80 por ciento de todas las riquezas del reino de  Dominiland. Sus maniobras inflacionarias afectaron el ámbito de otros comerciantes, quienes  veían sus negocios quebrar sin poder nada hacer, espantaban a los jerarcas de otras tierras a través de sus potentes medios de comunicación e incrementaron el poder hipnótico que ya poseían en el pueblo dibujándoles un imaginario escenario que llamaron "La casa del terror" y todos a una (como dijo Lope de Vega  en Fuenteovejuna), se dispusieron a sacar de palacio a Calvini de Guraviña.  Baúles repletos de oro fueron invertidos, "total, pronto lo recuperaremos del pueblo de nuevo" decían los mercaderes y burgueses. Llegaron incluso a sobornar a varios de los consejeros del Rey Calvini quienes mal aconsejaban a su monarca dándole informaciones falsas acerca de lo que ocurría en el campo de batalla, "Su Majestad calvini, aún nos queda mucho por hacer, tenemos al enemigo rodeado y colgado del pichirrí , Calvini reía confiado y bromeaba sin parar.
Los mercaderes sentían satisfacción al darse cuenta de que su empresa vislumbraba los resultados esperados, el rey Calvini pronto sería derrocado. Una vez más todos reunido, trataban de decidir quien tendría la corona, a todos les fue ofrecida pero ninguno quiso tomarla. Sus negocios eran más prósperos y dejaban más beneficios que el mismo trono real, por eso ninguno quería gobernar. Pincho Caremono, un legalista invitado por los mercaderes a aquella reunión, hizo gala de sus conocimientos jurisprudenciales al aconsejarles "Yo creo que lo más correcto sería rescatar a Afrini de la montaña en que se encuentra y volver a hacerlo rey.", Varios de los mercaderes escucharon con recelo la observación hecha por Caremono, unos decían "La última vez que Afrini gobernó llegó a ser detestado por casi todo el pueblo", otros refutaban "Recuerden que nunca antes ningún monarca confundió tantas veces al pueblo en tan poco tiempo". Algunos de los más poderosos, incluidos familiares de aquellos a los que Calvini se había atrevido a poner en la cárcel, apoyaban la moción interpuesta por Caremono, después de todo algunos hasta enviaban mensualmente comestibles y golosinas al chiribitil de Afrini a través de sus sirvientes. Claro sin dejarse ver con él, por si acaso. Como siempre estuvieron todos de acuerdo. Eso los diferenciaba del explotado pueblo que siempre pensaba con el estómago y vendían hasta su acta de nacimiento con todo y fé de bautismo por un plato de cocido de pata de vaca de la fonda de Marisol o por un sanguchito de queso y un morisoñando con K de la Barra Payán.
Fue así como  dispusieron rescatar a Afrini de su montaña en forma de globo. Con todo ese poder de su lado, Afrini estaba más que entusiasmado. Muy pronto olvidó todos los errores de su  gobierno pasado y gritó a todo pulmón "e pa palenque que vamos". Decía esto pues su vuelta a palacio era inminente y esta vez, lo había decidido, fundamentaría su estrategia de gobierno en las ganancias obtenidas por el petróleo (que comparaba con las negras arenas de la playa de Palenque.), no hablaría tanto con el pueblo llano como la otra vez (total, se había dado cuenta que un grupito de mercaderes tenía más poder que todo el pueblo de Dominiland, quienes nunca se ponían de acuerdo para luchar unidos por su bien común y ni uno solo de ellos entendía su profunda conceptualización.), solamente hablaría de vez en cuando con los dueños de los medios de comunicación y más que hablar tanto, estos tendrían que conformarse con las cuantiosas ganancias que obtendrían de la propaganda oficial que colocaría en sus espacios. Todo lo tenía bien pensado y arreglado…. Subiría más los impuestos reales pero chin a chin para que nadie se quejara, mantendría contentos  a los dueños de carruajes y diligencias que eran los más ruidosos del pueblo y no hacían liga con los mercaderes, y sobretodo viajaría más que en su otro gobierno pues tenía que asegurar que si un día volviera a verse fuera de palacio (aunque sus planes eran perpetuarse en el poder y romper la marca establecida por el rey Joaco de Navarria), pero como ya él sabía que todo podía suceder en este mundo, tenía que asegurar que la organización de Noimportanloschiquitos Unida (ONU) o la organización de enanoscoje de bobos a lostercermunditas amargados (OEA) le diera un puesto dentro de sus filas, pero eso sería una última opción. Por lo pronto concentraría su esfuerzo y dedicación en reinar para siempre y romper la marca del rey  Joaco de Navarria… O ¿Quién sabe? Hasta podría quedarse en el trono más tiempo que el mismo Raffynidas de Cristobalea quien había reinado en Dominiland por 31 años ininterrumpidos. Mientras pensaba esto se miraba al espejo y decía en voz alta "excúsame de nuevo, me las sé de todas todas." Y tuvo ganas de estallar en una  carcajada pero no era su estilo, no podía perder su glamour. Su risa era callada, casi imperceptible, como si estuviera comiendo solo.
continúa en: Dominiland. Parte final.

 



  

 

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