El ser humano posee la capacidad de discernir. Esto significa que el hombre puede distinguir entre objetos diferentes, estableciendo las diferencias que le permitan determinar el grado de provecho o utilidad de los mismos.Esto es sumamente importante.
El buen uso de nuestra capacidad de discernimiento contribuye a eficientizar el diario vivir de los seres humanos. No es lo mismo invertir en adquirir una casa por el simple hecho de que nos gusta su apariencia exterior que indagar las condiciones del entorno en que se encuentra ubicada dicha vivienda. Detalles simples como la calidad de su construcción, el tipo de vecinos que conforman el sector, el suelo sobre el cual se ha edificado,la proximidad de las utilidades básicas del plano social (entretenimiento, alimentos, salud, vías de comunicación, etc) siempre de acuerdo a nuestras prioridades e intereses, la distribución interior de sus habitaciones e incluso las condiciones atmosféricas que imperan en el sector, todos esos detalles aportan la información necesaria para que el adquiriente del inmueble tome una decisión acertada y dirigida a su propio beneficio.
De esto deducimos que el discernimiento está intimamente ligado a la cantidad y calidad de información que poseemos sobre el objeto que ocupa nuestra mente en un momento determinado. Cuando se toma una decisión teniendo poca información no puede ejercerse un profundo discernimiento y por lo tanto no estamos aprovechando al máximo nuestro privilegio y capacidad. Es indispensable aprender a discernir correctamente y aplicarlo a todos los puntos del diario vivir. La calidad de nuestras vidas depende de ello.
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