El patronímico
“dominico”, de donde proviene la palabra “dominicano”, se utiliza para
denominar a los miembros de la
Orden de los dominicos. Esa orden fue fundada dentro del
marco de la iglesia católica por Santo Domingo de Guzmán (1170-1221) en
Toulouse, Francia, en el año 1215. Al año siguiente fue confirmada por el papa Honorio III, esto
ocurrió el 22 de diciembre de 1216.
Su nombre fue
tomado del nombre de su fundador (Domingo es igual a Dominicus en latín). El
lema de la Orden
de los dominicos es “Alabar, bendecir y predicar”. Desde su fundación ha
trabajado en la propagación del evangelio en todo el globo terráqueo,
destacándose su contribución evangelizadora en América, Asia y África, entre
los siglos XV y XIX.
La formación
católica de los trinitarios, fundadores de la República Dominicana ,
encabezados por Juan Pablo Duarte (1813-1876), los motivó a tomar el nombre de “República
Dominicana” para nuestra nación, lo cual nos hace, a los nacidos en nuestra tierra,
dominicanos y dominicanas. República Dominicana fue fundada el 27 de Febrero de
1844.
En nuestra tierra
es común utilizar adjetivos gentilicios para nombrar con estos a los nativos de
cada región: Puertoplateño, montecristeño, barahonero, etc. A menudo sustituyen
a los nombres propios de personas nacidas en Puerto Plata, Montecristi y Barahona,
por citar algunos ejemplos. En Dominicana nadie está exento de este tipo de
tratamiento y la mayoría de los dominicanos ostenta orgullosamente el adjetivo
gentilicio correspondiente a su ciudad, provincia, distrito o municipio natal.
Existen alcunas
provincias cuyos naturales son denominados con más de un adjetivo gentilicio.
Tales son los casos de los oriundos de San Cristóbal y Santiago, a los primeros
se les llama sancristoberos y sancristobalenses indistintamente. A los segundos
se les conoce como santiagueros o santiagueses (santiagués o santiaguesa).
En otros casos, se
denomina a los nativos de una provincia con el adjetivo gentilicio correspondiente a la capital de dicha
provincia y muy difícilmente se escuche que se les denomina con el derivado del
nombre de la provincia en sí. Por ej.Banilejo al natural de la provincia
Peravia, cuya capital es Baní; Higüeyano al natural de La Altagracia , cuya
capital es Higüey; Bonaeros o bonaenses a los naturales de Monseñor
Nouel, cuya capital es Bonao (el término correcto es bonaense, pero bonaero es
usado con mucha frecuencia); Mocano al natural de la provincia Espaillat, cuya
capital es Moca.
Algunos pueblos
dominicanos obvian la primera parte de los nombres de sus regiones a la hora de
nombrar sus respectivos adjetivos gentilicios. Por ej. Los de San Francisco de
Macorís son francomacorisanos, los de San Pedro de Macorís son
petromacorisanos, los de Valverde Mao son maeños, los de La Vega son veganos y los de La Romana son romanenses. Otros
obvian la última parte de los nombres de sus regiones, ej. Los de San Juan de la Maguana son sanjuaneros,
mientras que los de la ciudad llamada Azua de Compostela son azuanos.
Quizás el caso más
curioso sea el de los naturales de la capital dominicana, ciudad primada de
América. Es muy probable que si se les pregunta a mis conciudadanos por el
adjetivo gentilicio que nos corresponde, se limiten a decir que somos
capitaleños. La verdad es que siendo el nombre de nuestra capital Santo Domingo
o Santo Domingo de Guzmán, nos corresponde ser dominicanos. Esto quiere decir
que los oriundos de Santo Domingo ya eran dominicanos antes de fundada nuestra
nación (Santo Domingo fue fundada el 5 de agosto de 1496 ). Entonces, siendo dominicanos por ser
originales de Santo Domingo y dominicanos por haber nacido en República
Dominicana, los capitaleños somos dos veces dominicanos. Un privilegio que
particularmente me llena de orgullo.
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