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7 de mayo de 2013

Thomas Hobbes 1588-1679


Thomas Hobbes nació en Westport, Inglaterra, el 5 de abril del año 1588. Estudió escolástica y letras clásicas en Oxford, donde se destacó por ser excelente traductor de los griegos. Fue discípulo del gran filósofo inglés Francis Bacon, y contemporáneo de Galileo, a quien conoció en 1636, y de quién aplicó los principios mecánicos a toda la realidad, construyendo así su filosofía del movimiento. Elaboró uno de los primeros sistemas filosóficos materialistas de la época moderna, concibiendo el mundo como un conjunto de cuerpos naturales y sociales movidos mecánicamente. Su mérito consistió en aplicarle a la antropología y a la política los principios mecanicistas abrazados en su madurez.

A Hobbes le tocó vivir en una de las épocas más trascendentales de la vida política inglesa. Simpatizante de la política antiparlamentaria de James I, en cuya defensa escribió su primer libro "The Elements of Law" (Los Elementos de las Leyes). En 1640 se vio precisado a refugiarse en Francia a causa de sus ideas monárquicas, reconciliándose en 1651 con la sociedad británica al publicar su  famosa obra "Leviatán", en la cual defiende el absolutismo del Estado con independencia de la monarquía, pudiendo regresar a Inglaterra en 1652. En este tiempo concluye sus elementos de filosofía en tres partes: De Cive 1642, De Corpore 1655, y De Homine 1658. Una vez restaurada la monarquía en manos de  su discípulo, Carlos II, recibe de este una pensión, al tiempo que goza de una pésima reputación por materialista y ateo. Sus escritos llegaron a ser censurados tras su polémica con el obispo Bramhall. Hobbes criticó abiertamente a la iglesia romana, definiendo al papado como el fantasma del imperio romano sentado coronado sobre su tumba.
Thomas Hobbes murió el 4 de diciembre de 1679, en Derbyshire, inglaterra. Será siempre digno de admiración por su amplia y poco dogmática mentalidad a pesar de pertenecer a un tiempo que a nosotros bien podría parecernos muy antiguo. Forma parte del grupo de filósofos que impusieron las pautas a seguir en la época moderna. Es su controversial obra, "Leviatán", una de sus más grandes creaciones y un gran legado a la humanidad. En otro escrito tocaremos el tema de esta famosa obra.

1 de julio de 2011

Era un hombre solo.



Una vez era un hombre solo. Eran muchos hombres solos luchando por sobrevivir. No porque supieran que tenían que luchar entre ellos para vivir, simplemente lo hacían por aquello que los estudiosos más tarde llamarían "instinto de supervivencia." Aquella encarnizada lucha tardó miles, quizás millones de años en apaciguarse, que nunca terminó del todo, pues el hombre entendió, entendió que podía entender, entendió que los demás hombres podían, si querían, ayudarlo a vivir, no sólo a sobrevivir sino a vivir mejor de lo que hasta ese momento lo hacía. El hombre creyó que todo lo entendía.
Luego era una tribu, una reunión de hombres, un clan familiar estructurado jerárquicamente en torno a un hombre y su(s) mujer(es). Eran muchos clanes familiares luchando encarnizadamente por sobrevivir. Ya no lo hacían por instintos de supervivencia, lo hacían por varias otras razones. Lo hacían por proteger a sus aliados del clan familiar, por ganarse el respeto de los otros miembros de dicho clan, por mantener la hegemonía sobre un territorio del cual no estaban seguros a quien pertenecía, pero que ellos, a costa de sus vidas defendían. La lucha comenzó a menguar cuando aquellos clanes entendieron que otros clanes poseían las cosas que a ellos podían ayudarlos a vivir mejor. Fue el  inspirador materialismo naciente el que formó aquellos enlaces humanos que un día llamarían sociedad.
Más tarde eran sociedades vacías llenas de podrida ambición las que insistían en conquistar terrenos y disfrazar sus ignorantes desaciertos en poéticos anhelos de servir a una tal llamada patria que los distinguía de otras patrias que a ellos no servían y por tanto no importaba si algún día desaparecían. Caprichosa raza humana esta mía.
Indiferente destrucción que no termina. "Explotación del hombre por el hombre" que se ha convertido en frase filosófica que algunos esgrimen cuan espada libertadora con la única intención de ocupar el lugar que le permita sentirse líder y guía de la misma inoperante sociedad vacía. Sociedad que ni siquiera a si misma servía.
Un día todo acabó. El mundo, los avances tecnológicos, la sabiduría científica… todo acabó. Ni siquiera esperaron por el juicio de Dios. Todo acabó. Aquella sociedad, al final, para algo sirvió … Sirvió para destruir en un momento todo lo que a través del tiempo había construido.
Y el fin se convirtió en el principio. Y era un hombre solo. Eran muchos hombres solos luchando por sobrevivir….

21 de junio de 2011

Discernir correctamente.



El ser humano posee la capacidad de discernir. Esto significa que el hombre puede distinguir entre objetos diferentes, estableciendo las diferencias que le permitan determinar el grado de provecho o utilidad de los mismos.Esto es sumamente importante.
El buen uso de nuestra capacidad de discernimiento contribuye a eficientizar el diario vivir de los seres humanos. No es lo mismo invertir en adquirir una casa por el simple hecho de que nos gusta su apariencia exterior que indagar las condiciones del entorno en que se encuentra ubicada dicha vivienda. Detalles simples como la calidad de su construcción, el tipo de vecinos que conforman el sector, el suelo sobre el cual se ha edificado,la proximidad de las utilidades básicas del plano social (entretenimiento, alimentos, salud, vías de comunicación, etc) siempre de acuerdo a nuestras prioridades e intereses, la distribución interior de sus habitaciones e incluso las condiciones atmosféricas que imperan en el sector, todos esos detalles aportan la información necesaria para que el adquiriente del inmueble tome una decisión acertada y dirigida a su propio beneficio.
De esto deducimos que el discernimiento está intimamente ligado a la cantidad y calidad de información que poseemos sobre el objeto que ocupa nuestra mente en un momento determinado. Cuando se toma una decisión teniendo poca información no puede ejercerse un profundo discernimiento y por lo tanto no estamos aprovechando al máximo nuestro privilegio y capacidad. Es indispensable aprender a discernir correctamente y aplicarlo a todos los puntos del diario vivir. La calidad de nuestras vidas depende de ello.

20 de junio de 2011

Emitiendo Juicios.



En el plano legal existen variadas maneras de juzgar a hechos o personas. Algunos países poseen el sistema de jurados para llevar a cabo los juicios. Otros lugares conceden a un juez la potestad de escuchar y analizar las pruebas ante él presentadas, deliberar en torno a ellas y luego emitir un veredicto. Son las características esenciales de un juicio legal.
En la vida cotidiana también se producen juicios cada día.El ser humano obtiene información del mundo exterior, las compara, consciente o inconscientemente, y luego se formula un juicio de lo que ha visto y oído. En otras palabras, cada vez que formamos una opinión en nuestra mente estamos juzgando a los hechos o personas sobre las cuales trata la información.
El plano filosófico tiene su propia versión de los juicios. Los filósofos comparan ideas a través del entendimiento con el fin de obtener un conocimiento más profundo y certero acerca de dichas ideas. Otro objetivo de la filosofía es el determinar el alcance, influencia  o efecto de dichas ideas en cuanto a la humanidad se refiere.
El cristianismo, como doctrina de vida, nos ha enseñado que las acciones de nuestras vidas serán juzgadas por el creador una vez nuestro espíritu sea separado de nuestro cuerpo físico. Este es conocido como el juicio final.
Algunas religiones se apoyan en la doctrina cristiana para inculcar entre sus adeptos y seguidores la idea de llevar una vida merecedora de la aprobación del creador cuando sean juzgados por él.
Otras religiones también tienen ideas similares, aunque con algunas variaciones,a las que tienen las religiones de orientación cristianas.
Los juicios que formamos en nuestra mente condicionan  nuestra percepción acerca de un objeto o persona determinada e incluso acerca de acontecimientos futuros. Con frecuencia encontramos que los juicios que nos habíamos formulado sobre un suceso o persona particular estaban errados, muy alejados de la realidad y nos vemos compelidos a cambiarlos. Ante esta afirmación debemos concluir que la prisa al formular nuestros juicios o el mismo hecho de insistir en juzgar todo lo que llega a nosotros a través de nuestros sentidos puede llegar en ocasiones a perjudicar a otros o a nosotros mismos.
A veces podemos evitar o remediar ese perjuicio, otras veces nos damos cuenta demasiado tarde de las consecuencias de nuestros juicios.
El grado último de nuestros juicios es la palabra. La fuerza de la palabra a la hora de emitir un juicio, sea oral o escrito, no puede ser calculada por el ser humano. Esta es una verdad irrefutable. Los juicios que emitimos son a la vez enjuiciados por otras personas. Estas personas formularán sus propios juicios en base a sus propias experiencias, sus propios conocimientos o aún por la influencia de otros.
Cada vez que emitimos un juicio nos exponemos a que otras personas emitan sus propios juicios sobre nosotros, estos juicios pueden gustarnos o no, pueden ser correctos o estar errados. Eso no lo sabremos hasta que  los conozcamos, hasta que los escuchemos. La mayoría de los juicios que nuestros propios juicios provocan en otras personas nunca los sabremos.
Si no deseas ser juzgado por los demás, no juzgues. Si vives emitiendo juicios acerca de otros serás enjuiciado permanentemente por otros. Es la ley del mundo. Es la ley de la vida. Con la vara que midas serás medido.

6 de junio de 2011

¿Es el conocimiento repetitivo?



Es un asunto de equilibrio. El conocimiento simple puede  ser repetitivo. Por ej. Una señora tiene, gracias a la experiencia, el conocimiento de cocinar arroz blanco, ¿para qué habría ella de enfrascarse en la titánica tarea de encontrar cada día una fórmula nueva si lo que ella hace diariamente le brinda excelentes resultados? No tendría sentido.
Ahora bien, el conocimiento avanzado es progresivo. Por ej. Científicos de naciones desarrolladas han demostrado que el reciclaje de metales para ser utilizado en la elaboración de nuevas herramientas y tecnología, resulta, por mucho, menos costoso que la extracción de estos metales a través de la explotación de minas. Esto además de reducir el daño ambiental e interrumpir significativamente la depredación de los recursos naturales del planeta Tierra.
¿Podría haberse llegado a esas nuevas y progresivas conclusiones sin tener acceso al conocimiento previo en la materia? De ninguna  manera.
Conclusión: El conocimiento simple es repetitivo, y no hace daño que sea así. El conocimiento avanzado es progresista, es como una infraestructura que se construye cada día y crece gracias a lo construído previamente.
Lo ideal es encontrar el balance, el equilibrio que permita elevar el nivel espiritual sin tener que prescindir del conocimiento material.