El estado funcional del ser debe ser visto de forma integral. Para lograr la excelencia en la ejecución la misma ha de estar caracterizada por su calidad. Una calidad que busca la perfección en base a dos factores principales: Atención y repetición. Estos dos componentes son imprescindibles si se quiere lograr la calidad. Solamente cuando combinemos adecuadamente estos ingredientes; atención en cada repetición, alcanzaremos la perfección de forma rápida, por ende con menor número de repeticiones.
Todo está claro. La excelencia que impone la calidad se obtiene a través de la atención en cada repetición.Aún otro ingrediente contribuirá con el expedito alcance de la excelencia. Se llama “acción creativa.” La atención nos permite detectar imperfecciones, en base a esta información procedemos a la acción que elimine dichas imperfecciones. La acción sigue inmediatamente después de, y dependiendo de los resultados de, la atención,de lo contrario, lejos de ser funcional, el ser es un simple observador atrapado en el círculo vicioso de repeticiones imperfectas. La acción, si es creativa, añade algo nuevo a cada repetición (siempre y cuando el caso lo permita y/o lo amerite), es un tercer ingrediente de la excelencia.
Repetición, atención (aprendizaje y detección de posibles imperfecciones), acción (que elimine esas imperfecciones, en caso de existir), y luego la creatividad para elevar nuestro nivel y aún mejorar la calidad. Todo es parte del ser funcional, todo es importante y no han de estar en conflicto acerca de cual es más importante pues todos tienen su función. Juntos y coordinados representan la perfección y el desarrollo del ser humano.
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